Después de un bache en el que despertaron demasiadas dudas, los Dallas Cowboys parecen haber retomado el camino y por lo pronto consiguieron un nuevo triunfo, 37-18 ante sus rivales de división, los New York Giants.
Se sabía de sobra que pese a su mala temporada, los neoyorquinos no serían un rival sencillo para los de Jason Garrett y buscarían por todos los medios hacer pasar una mala noche a los de la estrella solitaria.
Dos cuartos y medio duró la resistencia de los Giants, que poco a poco se desmoronaron y cayeron en el juego de los Cowboys, que con un Dak Prescott que reaccionó poco a poco, lograron ordenar la situación. ¿Será que el gato que entró en el campo les cambió la suerte?
Prescott parecía aletargado en un principio, pero afortunadamente explotó y se hizo presente con tres pases de touchdown y 267 yardas, por lo que la intercepción que sufrió pasó a segundo término y a final de cuentas, sólo costó tres puntos.
Ezekiel Elliott por su parte, arrastró literalmente a los Giants, con 139 yardas en 23 acarreos, no necesitó anotar para brillar, pues sus compañeros hicieron el resto.
Vía FOX.