Balas de abril, por Rodolfo Izaguirre

El mundo político venezolano se desplomó ese once de abril de 2002 y tardé en recuperarme porque no aceptaba ni comprendía cómo un gobierno que exaltaba la aparición de un hombre nuevo gracias a la gloriosa fecundidad del socialismo bolivariano era capaz de negar la culpabilidad de unos pistoleros que dispararon abierta y descaradamente contra una multitud civil desarmada