Entre las leyendas más arraigadas sobre la muerte, podemos encontrar el curioso mito de la procesión de las ánimas
La Santa Compaña es una leyenda popular de Galicia y el noroeste de la península ibérica, sobre una procesión de ánimas.

Esta misma leyenda, con variantes, está presente en la mitología asturiana (conocida como la Güestia), y en zonas como León y por extensión a toda su frontera con España, es muy conocida así en los lindes con Huelva; sobre todo en Ayamonte, Villablanca y toda la ribera del Guadiana. También en otras zonas de Castilla, bajo la denominación de Estantigua, incluso en zonas de Granada (provincias de Malaga, Granada y Almería).
Según los escritores Juan R. Cuba, Antonio Reigosa y José Miranda, «la denominación de Santa Compaña es errónea, pese a su fortuna en la literatura, pues la Compaña podrá ser muchas cosas, pero santa, desde luego, no».[cita requerida] Solo se la llamaría «santa» como acto apotropaico de defensa supersticiosa y en realidad se trataría de una leyenda pagana antigua que luego fue superficialmente cristianizada.
Algunos de los elementos concurrentes en el mito parecen provenir de la Cacería salvaje o Mesnie Hellequin, un mito de origen germánico difundido por toda Europa.
Aunque el aspecto de la Compaña varía según la tradición de diferentes zonas, la versión más extendida afirma que está formado por una comitiva de almas en pena vestidas con túnicas negras con capucha que vagan durante la noche.
Esta procesión de ánimas forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire. Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea.
La procesión va encabezada por un mortal portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, percibiéndose su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.
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