El éxodo venezolano es el mayor movimiento migratorio en la historia de América Latina,. Millones de personas, los caminantes. han escapado de la miseria que sufre el país. Colombia es el principal receptor de migrantes y ruta obligada. La odisea comienza en el norte neogranadino por una larga y tortuosa travesía.
Regresar a Venezuela es la muerte dicen algunos. Colombia se ha convertido en una salida de emergencia para los migrantes.
Quienes no cuentan con sus documentos en regla no pueden atravesar el puente internacional Simón Bolívar, que conecta a San Antonio del Táchira y Cúcuta, y tienen que usar las trochas.
Testimonios de los caminantes
«He llorado muertos, he llorado hambre, la impunidad. Tuvimos que vender casas, carros, televisores, aire acondicionado, para venirnos sin nada. Donde vivimos tenemos siete meses sin agua. la luz se va a cada rato, nos quemó los aparatos», dice una de estas personas que se han visto obligadas a abandonar su patria.
Lo de los caminantes es como una romería, lo hacen es para escapar del hambre. Durante el trayecto movimientos humanitarios están desplegados para orientarlos.
Una de las zonas más difíciles del trayecto es el Páramo de Berlín, situado entre Pamplona y Bucaramanga. Con 14 mil hectáreas, y una altitud que oscila entre los 2800 y 4920 metros sobre el nivel del mar, puede presentar temperaturas de hasta 0 grados centígrados.
Pero así como hay pruebas arduas durante la caminata, también prevalece la bondad: los colombianos les ofrecen comida, entre ellas la llamada «sopa de la esperanza». Los caminantes la toman en Pamplonita. Es como una energía para seguir andando.
Crisis de refugiados
La tragedia de los migrantes venezolanos fue calificada por la Organización de las Naciones Unidas como una crisis de refugiados. El éxodo podría ser peor a la guerra en Siria.
En Pamplona, durante la noche, un grupo de entre 200 y 300 venezolanos se refugia en las instalaciones de un colegio abandonado. Sin luz, sin agua, sin baño, duermen en el piso empleando cartones como colchones.
«En Venezuela no hay nada. Cada tres meses lo que nos llega es una caja de comida», dice Wileinis Mendoza, de 20 años de edad, quien asegura que va a luchar por su mamá, por su familia, para salir adelante.
De cuando en cuando los caminantes entonan el himno nacional como una forma de recordar lo que dejaron atrás.
Lo que dicen los caminantes
«Los colombianos nos deben admirar porque venimos resteados. Hemos caminado de Cúcuta a Pamplonita un día completo, En Venezuela no teníamos comida, mis hijos no tienen zapatos, no tienen pantaletas. Para cepillarnos los dientes usábamos jabón. Estoy en Colombia pero tengo mi mente en Venezuela», comenta con dolor Flor de Ampuero.
Leonardo Martínez, de 26 años, quien viaja con su hijo de apenas dos, intentará cruzar el Páramo de Berlín por segunda vez, aunque en la primera ocasión su pequeño casi muere de hipotermia.
Mayra Rivero atestigua que no ha dormido últimamente. «Anoche nos mojamos, es bastante fuerte lo que pasamos». Su hijo, José Lugo, de 12, con una obligada madurez, revela que ha tenido que ocultar cosas: «sufro de mareos, de ganas de vomitar, pero no puedo decir nada porque sería preocupar a mis padres».
Por su parte, Roimel de Freitas, con un dejo de nostalgia se refiere a algunos recuerdos: » extraño hasta las sardinas que me comía en el almuerzo. Ya tú sientes que no puedes más nosotros tenemos varios días sin bañarnos, solo cambiándonos de ropa».
Destino incierto
Conductores de transporte pesado les dan un aventón en su itineraria por la carretera. Hasta un camión de basura es bueno en el objetivo de quienes cambiaron su casa, sus amigos, sus escuelas, sus trabajos, su vida. Van por la vía buscando llegar a Bogotá, van tras un destino incierto.
Inclusive, mujeres en estado de preñez se ven obligadas a la extenuante marcha. «Prefiero caminar porque allá no tenía nada», comenta Runiel Hernández, con siete meses de embarazo.
Es todo un drama el que se vive por centenares de kilómetros, en la búsqueda de un mejor futuro. Mientras, la ONU hizo un llamado urgente a los países de América Latina para que brinden asilo y protección a los venezolanos. Se trata de un acto humanitario.
Informe especial de Noticias RCN
También puede interesarte: ONU denunció aumento de la xenofobia contra migrantes venezolanos
Crisis de refugiados venezolana
https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_refugiados_venezolana
4.5
4
5
Descarnado y duro el trabajo de los caminantes, realmente una tragedia, solo espero que como sociedad aprendamos a no creer nunca más en revanchistas, populistas izquierdosos y militares, recuerdo muy fresco el discurso de pobres contra ricos, el discurso de sindicatos y trabajadores anti empresas, en fin la borrachera populista que bañó de idiotez al Venezolano, lo más triste es que las mayores víctimas son las personas que apoyaron la locura colectiva del 98