Trepidación y desenfoque de movimiento: Cómo crearlo y porqué es buena idea utilizarlo
Hemos hablado mil veces de la ansiada nitidez, una característica que solemos asociar con una buena fotografía. Por supuesto, si hablamos de ámbitos como el paisaje, la nitidez es muy importante, pero en muchos otros no lo es tanto. De hecho, una foto trepidada o con un desenfoque producido por el movimiento también puede ser una gran idea, como vamos a ver a continuación.
Conseguirlo es sencillo en teoría, porque simplemente basta con usar una velocidad de obturación lenta. Pero ni todas las situaciones son iguales, ni es lo mismo exponer 1/15 segundos que hacerlo durante minutos, ni consecuentemente obtendremos los mismos resultados. De hecho, desde el momento en que elegimos disparar a estas velocidades entra en juego el factor incertidumbre.
Básicamente porque nunca podemos saber qué resultado vamos a obtener y, además, siempre será distinto a lo anterior. Por ello, estas técnicas tienen mucho de experimentación (la práctica y la repetición son fundamentales) y de creatividad. Así que vamos a ver distintos modos de jugar con la trepidación y el motion blur (desenfoque producido por el movimiento).
Cuando es la cámara la que se mueve
Como sabemos, la trepidación en fotografía se puede producir por dos motivos: Que lo que aparece en el encuadre se mueva durante la exposición o que la propia cámara sea la que se desplaza (de algún modo) produciendo dicho efecto. Esto último puede ser accidental (en cuyo caso no tiene nada de creativo) o producido ex profeso en busca de un efecto creativo concreto…
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