La extinción masiva ocurrió hace 66 millones de años y existen pruebas que confirman que en ese tiempo llegó el fin de la era de los dinosaurios.
Numerosos fósiles de huesos, dientes, huellas y otras pruebas sólidas han revelado que la Tierra fue el hogar de los dinosaurios durante al menos 230 millones de años. Pero hasta ahora no se ha hallado ni un solo resto de dinosaurio en rocas de antigüedad inferior a 66 millones de años. En ese momento, cuando el Cretácico daba paso al Paleógeno, parece que los dinosaurios no aviares dejaron de existir súbitamente.
También siguieron ese camino algunos reptiles marinos temibles como el mosasaurio, el ictiosaurio y el plesiosaurio, así como los reptiles voladores denominados pterosaurios. Los bosques antiguos parecen haberse incendiado en gran parte del planeta. Y aunque algunos mamíferos, aves, reptiles pequeños, peces y anfibios sobrevivieron, la diversidad de las formas de vida restantes se desplomó de forma precipitada. En total, esta extinción masiva se cobró tres cuartos de la vida en la Tierra.
Los paleontólogos se han esforzado mucho por desentrañar qué ocurrió y las teorías de qué fue lo que acabó con los dinosaurios y el resto de los habitantes del planeta en el Cretácico han oscilado de lo plausible a lo disparatado. Por ahora, hay dos hipótesis principales que se debaten dentro de la comunidad científica. ¿Fueron los dinosaurios víctimas de la violencia extraplanetaria o de males intraplanetarios?
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