David Smolansky, comisionado de la OEA para los migrantes y refugiados venezolanos, advirtió que para diciembre de 2020 la cifra de migrantes de este país podría subir a ocho millones de «no haber un cambio en Venezuela”.
El funcionario y dirigente de oposición indicó que a finales de 2019 podría elevarse a cinco millones la cifra de personas que abandonan el país a consecuencia de la crisis económica, política y social que afecta a Venezuela.
En tal sentido Smolansky precisó que la migración venezolana es la segunda más grande en el mundo, superada solo por Siria, y la primera en Latinoamérica.
“A Maduro no le importa que la cantidad de refugiados llegue a 12 millones y el país quede vacío. Debemos insistir en que la migración forzosa solo se detendrá con la salida de Maduro del poder”, indicó en entrevista a Vpivtv.
Smolansky aseguró que, en pasadas reuniones en Bruselas, pudo comprender que la salida de la crisis en Venezuela parte de la salida de Nicolás Maduro. Sin embargo eso “no significa que para el resto del mundo lo sea”, opinó.
“Nuestro trabajo ha sido impulsar las políticas para atender a los refugiados venezolanos, de la mano con el secretario general (de la OEA) Luis Almagro” dijo.
Un nuevo fenómeno
La migración venezolana se encuentra actualmente en una segunda etapa. Si vinieron padres hace un año, el resto de la familia comienza a llegar paulatinamente, luego de que los primeros en llegar se establezcan económicamente. Esta segunda oleada está compuesta en su mayoría por niños o personas de la tercera edad.
Unos de los casos más evidentes se muestra en países latinoamericanos, siendo los más afectados Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. Se estima que, hasta los momentos, según reportes oficiales, la cifra de migrantes venezolanos que viven en países latinoamericanos asciende a más de 4 millones de personas.