Sebastián Piñera, presidente chileno, convocó un referéndum para el 26 de abril mediante un decreto supremo. Considerado histórico, decidirá si se cambiará la constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, una de las demandas de los movimientos sociales.
«Quiero convocar con gran alegría y entusiasmo a todos nuestros compatriotas para participar en el referéndum que se celebrará el 26 de abril de 2020», anunció el diputado de derecha, que llegó al poder en marzo de 2018 con una actitud contraria a la enmienda de la Constitución, que había sido considerada en el gobierno de su predecesora, la socialista Michelle Bachelet (2014-2018).
Piñera promulgó el lunes una ley que convoca a un referéndum para decidir si la constitución heredada de la dictadura (1973-1990) sería enmendada luego de un acuerdo político histórico en respuesta a la crisis social del 18 de octubre que dejó 26 muertos.
En la consulta, los chilenos deben responder dos preguntas: si quieren o no una nueva constitución y qué tipo de cuerpo debería escribir esta nueva Carta Magna.
Una alternativa es «una convención constitucional compuesta enteramente por personas elegidas por el pueblo», dijo Piñera el viernes. Otra es «una convención constitucional mixta, en la que habrá mitad elegidos directamente y la otra mitad elegidos por el Congreso».
“Los chilenos tendremos la primera palabra para elegir qué caminos queremos seguir y qué mecanismos queremos adoptar. Y si se acuerda una convención constitucional, nosotros los chilenos también tendremos la última palabra, porque habrá un referéndum de ratificación, para que la participación ciudadana sea amplia y efectiva”, dijo.
El presidente indicó que la constitución debería ser el gran hito de la unidad y la estabilidad de la sociedad «porque las sociedades tienen diferencias legítimas». «Pero las sociedades civilizadas los resuelven dentro del marco de la Constitución, no afuera», dijo, insistiendo en la importancia de votar.
La elección presidencial de finales de 2013, ganada por Bachelet, fue la primera con votación voluntaria. Se registró una fuerte caída en la participación electoral, especialmente entre los jóvenes, que hoy son los principales actores del movimiento social que está sacudiendo a Chile.
Según datos electorales, menos del 50% participó en elecciones presidenciales y menos del 40% en alcaldes y concejales. En las elecciones de 2017, cuando Piñera ganó su mandato, el 60% se abstuvo.
Por este motivo, además de las campañas Sí o No sobre el cambio constitucional, existe otra, a favor de restablecer el voto obligatorio en el país, que cuenta con casi 18 millones de habitantes.
Redacción Curadas.