El gobernador del Departamento Norte de Santander Silvano Serrano, el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, y la autoridad ambiental se reunieron para analizar el grave impacto ambiental que ha generado la contaminación en la zona fronteriza.
“Esa contaminación proviene de una realidad trasfronteriza y requiere cooperación de actores de ambos países, y en este sentido se escapa a las competencias de las autoridades regionales colombianas”, aseguró el gobernador Silvano Serrano.
Ante las quejas de los habitantes de Cúcuta las autoridades solicitaron apoyo al presidente Iván Duque y a la Cancillería de ese país.
De igual forma, el problema fue planteado ante la Organización Panamericana de la Salud, con el propósito de buscar soluciones que permitan mitigar los malos olores y la calima provocada por el humo.
Las autoridades colombianas aseguran que la densa capa de humo proviene de distintas quemas, en territorio venezolano, de residuos domésticos sólidos en terrenos a cielo abierto.
Desde hace días comunidades de Cúcuta y Ureña vienen denunciando los malos olores y temen que esto genere problemas de salud pública, más en estos momentos de pandemia mundial.
Aseguraron que en la frontera hay muchas familias en extrema pobreza que se dedican a recuperar cobre y queman grandes cantidades de este cableado a fin de separar el caucho que lo reviste del metal. Según las autoridades neogranadinas estas quemas se estarían realizado en una parte de un inmenso basurero ubicado en Ureña.
La situación ha generado que el humo contaminado se desplace al vecino país generando un impacto muy negativo.
Ante la terrible situación, en Cúcuta fueron suspendidas de manera temporal las actividades generadoras de emisiones atmosféricas en varias industrias.
Por su parte, las autoridades del Táchira conjuntamente con representantes del ministerio del ambiente realizaron una inspección en el vertedero de Ureña.
Yamile Jiménez
Redacción Curadas