La pandemia por el coronavirus puso la cereza que faltaba en el pastel de mala racha de la industria del turismo venezolano, especialmente en el estado Nueva Esparta.
La enfermedad y las medidas que se impusieron para contenerla y que implican ponerle freno a la actividad social y económica, se suman a la caída de la actividad turística que desde 2013 arrastra la entidad por la crisis generalizada que vive el país.
La covid-19 y sus efectos dan un nuevo zarpazo al sector que a casi cincuenta días desde que fueron decretadas las medidas de confinamiento y el cese de las actividades laborales, carga sobre sus hombros pérdidas incalculables.
Sin embargo, el turismo en la entidad da nuevas brazadas para intentar sobrevivir a la pandemia y a las secuelas que dejará, pero en medio de la aplicación de políticas recicladas por el gobierno que insisten en perseguir a las empresas privadas y en revivir el control de precios, una medida que en la práctica se había dejado atrás desde hace un año cuando comenzaron a fluctuar las divisas en el país; por lo que el panorama para la industria resulta complejo.
Insistencia
La industria insiste en sobrevivir. Sigue pagando a sus trabajadores y no ha dejado de hacer el mantenimiento a las instalaciones, mientras evalúa protocolos y planes de saneamiento de cara a una eventual flexibilización de las medidas de cuarentena. Así lo dice a TalCual el director de la Cámara de Turismo del estado Nueva Esparta, Carlos Pérez.
El titular de la Cámara de Turismo de la entidad devela que se tiene previsto sostener una reunión con las autoridades regionales para debatir y determinar pasos a seguir, a fin de garantizar la seguridad biológica y sanitaria en cada una de las estructuras de la industria.
Aunque considera que el encuentro podría suponer el inicio de la reducción del confinamiento, enfatiza en que las propuestas del gremio corresponden a un nuevo intento de la industria por sobrevivir, pero que si no está acompañado por políticas enfocadas en el progreso todo será en vano.
«Todo esto es un panorama de sobrevivencia. Si no se cambian las políticas de Estado y se dan garantías a las libertades, de respeto a la propiedad privada, seguridad a la inversión, protecciones de pagos o no se implementa una política monetaria que ayude a disminuir la inflación y que sea alejada de los controles, no hay manera en que podamos prosperar», señala.
Pérez recuerda que ya han participado con los sectores del gobierno regional y dicen entender la situación del gremio, pero cuando elevan las peticiones de consulta «se estrellan».
El sector espera determinar de qué manera podrían articularse los actores de la industria para prestar los servicios. Explica que una vez estos protocolos sean establecidos, se evaluarán los planes de oferta y tarifa para presentarlos a la ciudadanía.
Sobre esto, agrega que es esencial que se tenga acceso a los servicios básicos especialmente al agua para poder hacer frente a la pandemia, pues opina que la carencia dificultará, tanto a la sociedad civil como a todos los sectores económicos de la nación, mantener sus propiedades y espacios desinfectadas.
Reconoce que el regreso a la cotidianidad debe hacerse por parte. En este sentido, apuesta porque llegado el momento de reanudar la actividad turística los viajeros prefiera los destinos nacionales para así dar un respiro al sector que desde hace siete años ha sido golpeado por la hiperinflación y la caída en 75% de las frecuencias de vuelos.
En este sentido, recuerda que en 2013 Nueva Esparta recibió a cerca ce 2,9 millones de turistas y este año apenas se contabilizan unos 450.000. Atribuye la baja de visitantes a que en Venezuela mermó la conectividad internacional.
Para el director de la Cámara de Turismo del estado Nueva Esparta, Carlos Pérez, la pandemia clavó una daga a la estructura operativa del sector, pues afirma que con ella quedaron en stand by esperanzas que nacieron en 2019 cuando el proceso de dolarización ganó terreno.
vía TalCual