José Gregorio Hernández ya es beato. Luego de un proceso que tardó más de 70 años, el papa Francisco autorizó, finalmente, el decreto por el cual el Médico de los Pobres de Venezuela será elevado a los altares de la Iglesia católica.
En su audiencia con el cardenal Angelo Becciu, el papa autorizó los decretos que darán a la Iglesia cuatro beatos que representan el continente sudamericano y a Europa, informó este viernes el servicio de noticias del Vaticano.
“Los decretos promulgados por la Congregación para las Causas de los Santos con la autorización del papa Francisco, llevarán a la beatificación a tres venerables siervos de Dios que vivieron en el siglo XIX, por el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión”, informó Vatican News.
José Gregorio, médico y laico
La Iglesia de Venezuela, de Latinoamérica y de todo el mundo se alegra porque ha sido anunciado el reconocimiento de un milagro que permitirá la próxima beatificación de uno de los laicos católicos más célebres de dicho país. Se trata de José Gregorio Hernández Cisneros, nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y fallecido el 29 de junio de 1919 en Caracas tras un accidente de coche a la edad de 54 años.
José Gregorio fue el primero de seis hermanos. Se graduó en medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín, Madrid, Nueva York. Como profesor universitario y científico, fue uno de los primeros en introducir el microscopio en el país. También fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de la capital venezolana.
Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se la daba. De hecho, en su Venezuela natal es conocido como el «médico de los pobres».
José Gregorio tenía una fuerte vocación religiosa. En un principio quería ser monje. Por eso se fue a Italia en 1908, donde entró en la comunidad de Certosa di Farneta, en la provincia de Lucca. Sin embargo, tuvo que volver a casa por razones de salud.
Lo intentó de nuevo algunos años más tarde, comenzando los estudios teológicos en el Colegio Pío Latinoamericano en Roma, pero se enfermó nuevamente. Así, comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en terciario franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo.
Trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de fiebre española. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia, José Gregorio fue atropellado por un coche. Murió diciendo estas palabras: «¡Oh, Virgen Santa!», recordó Vatican News en su nota de prensa.
El milagro de José Gregorio
Aunque son millones los devotos, tanto dentro como fuera de Venezuela, y muchos los testimonios de personas que aseguran que fueron curados por su mano, la Iglesia nunca había podido comprobar ninguno de los milagros que se le atribuyen a José Gregorio.
La Iglesia católica venezolana inició en 1949 el proceso de beatificación y canonización, conducido por el arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo ante la Santa Sede.
Completados los primeros pasos, José Gregorio fue nombrado «venerable» por el papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986, lo cual permitió seguir adelante hacia la beatificación.
El cardenal Baltazar Porras anunció el 27 de abril de 2020 que la Comisión Teológica del Vaticano aprobó el milagro del venerable doctor José Gregorio en la curación de la niña de 10 años de edad, Yaxury Solórzano Ortega, quien recibió un tiro en la cabeza durante un asalto a su padre en fecha 10 de marzo de 2017
De continuar el proceso, José Gregorio podría convertirse en el primer santo venezolano.
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