Hasta hace unas semanas, Joaquín Leal era un empresario mexicano de 28 años que aparecía con cierta frecuencia en los medios locales como un “gurú energético” y daba opiniones sobre sobre las tarifas de luz, el futuro del mercado eléctrico mayorista o las perspectivas gubernamentales para los hidrocarburos.
En otras ocasiones, aparecía como un joven emprendedor que apostaba por las nuevas tecnologías para sus negocios, o como un filántropo que apoyaba con materiales médicos y despensas de alimentos a hospitales y personas de bajos recursos en la periferia de Ciudad de México.
Desde el 18 de junio, su nombre va ligado al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que lo señala como el articulador, junto a Alex Saab, actualmente detenido en Cabo Verde y considerado como presunto testaferro de Nicolás Maduro por las autoridades estadounidenses, de una red que comercializaba petróleo por alimentos entre México y Venezuela. Un opaco entramado a través de las empresas Libre Abordo y Schlager Business Group.
Desde hace poco más de un mes, todos los activos de Leal y de las personas involucradas han quedado “congelados”, tanto por las autoridades estadounidenses como por las mexicanas.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que dirige Santiago Nieto, sigue el rastro de cerca de 236 millones de dólares que pactó Libre Abordo con Corpovex, la estatal venezolana encargada de centralizar las importaciones públicas.
El Departamento del Tesoro y el FBI han puesto en la mira a Leal y a dos mujeres mexicanas vinculadas a Schlager y Libre Abordo: Verónica Esparza, de 47 años, y a su hija Olga María Zepeda Esparza, de 24.
Las autoridades mexicanas buscan dilucidar el papel de sus connacionales en estos tratos y si se cometieron delitos que ameriten una sanción.
Washington sostiene que los intermediarios mexicanos fueron piezas clave para evadir las sanciones impuestas por la Casa Blanca a Venezuela.
El nombre de Leal, que no ha querido hablar con este diario, y de sus socios, entre los que aparece otro joven emprendedor venezolano que EEUU no ha vinculado al caso (Axel Capriles Hernández), está ahora en el foco de esas pesquisas.
Un ascenso meteórico
La carrera de Leal se antoja fulgurante. Estudió Administración de Empresas en el Babson College, una universidad privada en Boston reconocida por tener uno de los mejores programas de emprendimiento de Estados Unidos. Con apenas 23 años fundó con otros dos socios Suministro Sustentable de Energía en México S.A.P.I. de C.V. (Sumex), la primera empresa privada a la que se le permitió revender electricidad en México.
En un mercado en ciernes, sin parámetros técnicos bien definidos, Sumex empezó a cerrar tratos con decenas de clientes públicos y privados entre 2016 y 2017, e ideó un sistema de licencias de comercialización regionales para cerrar tratos en los 32 estados de México y hacerse de capital, comenta una fuente que trabajó en la empresa. Según esta versión, el esquema le permitió ingresar decenas de millones de pesos, que no se invirtieron en la empresa, sino en gastos ostentosos.
En la sede de la empresa se empezaron a ver camionetas del año, servicios de escoltas, secretarias extranjeras, salidas a restaurantes y bares caros. “Todo mundo hablaba de Joaquín como si fuera un niño prodigio, un genio de la energía eléctrica y los negocios”, recuerda, en una descripción que corroboran personas del sector y conocidos.
La fuente, que atestiguó de primera mano los primeros años de Sumex, relata que los socios de Leal lo acusaron de malversar unos 90 millones de pesos y tratar de encubrirlo con facturas falsas hechas por su madre. En 2017, Leal vendió sus acciones a sus exsocios y dejó la compañía, como consta en actas del registro comercial de México.
El joven empresario se encargaba de diseminar boletines en la prensa que alardeaban sobre grandes inversiones a empresas que había creado apenas unos meses antes. Previo a su inclusión en la llamada lista negra de la Oficina de Activos Extranjeros (OFAC), las notas periodísticas que mencionan a Leal seguían un patrón. Solía ser la única persona mencionada en los artículos y se citaban declaraciones relativamente cortas que se repetían en varios medios de comunicación, como si fueran sacadas de un boletín. Antiguos colaboradores aseguran que sus apariciones eran inserciones pagadas.
El socio venezolano de Leal
El 13 y el 17 de junio de 2019, Libre Abordo firmó los acuerdos con la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) por unos 236 millones de dólares por el suministro de 1.000 camiones cisternas y 200.000 toneladas de maíz, como contraprestación a los barriles de petróleo que recibirían de parte de Pdvsa.
Poco después, se creó Gasemex y un acuerdo de asamblea en agosto de 2019 selló la sociedad entre Leal y Capriles Hernández, según documentos de la empresa. Capriles Hernández aparece como director de Servicios Financieros Ponto, INC, fundada en 2008 en Panamá. Según el registro comercial de México, el empresario creó en mayo de 2019 Totam Servicios Tecnológicos, S. A. P. I. de C. V. en Monterrey, firmando como ciudadano mexicano.
Joaquín Leal y Axel Capriles tienen varias cosas en común. Ambos rayan en los treinta años. Leal estudió en el Colegio Cumbres de Irapuato, una exclusiva institución de los Legionarios de Cristo, según un excompañero, que lo recuerda como un “tipo amable y de buena familia”. Capriles Hernández fue al Colegio Cumbres de Caracas y es parte de una adinerada familia venezolana.
Es hijo de Axel Capriles Mendoza, psicólogo, fundador del Centro Venezolano de Estudios Jungianos, articulista de prensa, crítico del chavismo y autor de obras como El complejo del dinero o La picardía del venezolano, pero desde hace unos años enfocado en el negocio inmobiliario en España a través de empresas como Orinoquia Real State.
Más allá de sus orígenes, Leal y Capriles Hernández compartían un interés por los negocios y un expertise en los mercados energéticos. Aunque a un año de su creación Gasemex no es una empresa conocida en el mercado eléctrico mexicano, Leal ya tenía más de un lustro de experiencia en el sector energético de México y Capriles Hernández, que se formó como ingeniero y tiene un posgrado por la IE Business School de Madrid, hizo carrera durante algunos años en Nueva York como broker para Glencore, el gigante comercializador de materias primas de origen suizo. Leal y Capriles Hernández no quisieron responder a la petición de entrevista para aclarar sus vínculos. Tampoco lo hicieron Esparza y su hija.
Personas que conocen a Capriles Hernández explican que durante un tiempo buscó negocios de commodities en Colombia y Venezuela, pero con escaso éxito.
Según los papeles de registro, el objetivo de Totam Servicios Tecnológicos es el desarrollo de una app para comparar los precios del combustible. Esa, precisamente, fue la oportunidad de negocio que lo llevó a México, según contó a sus conocidos el año pasado, pero ahora se sabe que surgió también la sociedad con Joaquín Leal.
Varias fuentes señalan que desde comienzos de este año era pública en el mercado petrolero la cercanía de Leal y Capriles Hernández. Aseguran incluso que el joven venezolano fue una especie de “fichaje” del mexicano como experto petrolero para ampliar sus negocios y que Capriles Hernández, incluso, despachaba en la oficina de Leal, que, según varias fuentes consultadas, tendía a exagerar el nivel de sus contactos. “Hizo mucha plata en el sector eléctrico [Leal] y quizás pensó en ser un zar petrolero con lo de Libre Abordo”, refiere un empresario que conoció tanto a Leal como a Capriles Hernández, pero que pide el anonimato.
El “conducto vital”
Estados Unidos sostiene que la red dirigida por Leal y Saab movió más de 30 millones de barriles de crudo venezolano, lo que representó más del 40% de las exportaciones de Pdvsa en abril, según el comunicado de la OFAC sobre las sanciones. “Leal es el conducto vital entre Libre Abordo, Schlager Business Group, y sus propietarios, y Pdvsa y Saab”, afirma el Departamento del Tesoro.
Washington asegura que el empresario mexicano “estuvo involucrado directamente en la coordinación de la compra y venta del petróleo” y que aportó “conocimiento del sector petrolero mundial, facilitando el transporte y la reventa a los compradores”.
Las autoridades estadounidenses no han detallado el vínculo de Leal con los otros implicados. El empresario no aparece como socio formal de Libre Abordo ni de Schlager en el registro público de México, pero El País y Armando.Info corroboraron a partir de la investigación de la UIF que Leal estuvo en Venezuela a mediados de 2019, durante la firma de los contratos para el intercambio de crudo.
Olga María Zepeda Esparza, entonces a punto de cumplir 23 años, es la única mexicana que aparece como representante legal en los convenios.
A más de un mes de las sanciones estadounidenses, los destinos y beneficiarios finales del crudo venezolano no están claros. Saab está detenido en Cabo Verde, con una solicitud de extradición a EEUU, y sus abogados lo señalan como víctima de una persecución política.
Y las autoridades mexicanas estrechan el cerco sobre sus ciudadanos involucrados, en una operación marcada por las dudas, la opacidad y los intentos de Washington de asfixiar económicamente a Venezuela.
vía TalCual
Que le den CADENA PERPETUA A TODOS POR SABANDIJAS . ROBANDO A TODO UN PAIS .NO SOLO A VZLA. LES GUSTA LA VIDA FACIL LLEVANDO POR DELANTE GENTE QUE SI TRABAJO HONESTAMENTE Y NIÑOS. vayan con su COMUNISMO a CuBa
Ja… De tanto entramado pueden salir quienes menos se lo esperan los vzlanos y entonces entendemos el porqué está dictadura a durado tanto y quienes son los verdaderos beneficiarios de esta ocloclacia.
Definitivamente deben pagar por sus delitos, en adición, deben devolver ese dinero a Vla, que se traduzca en mejores escuelas y hospitales. Que los expropien de lo que han robado
Esas ratas no pueden quedar libres ! Todos tienen que pagar tanto daño..
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