Conozca por qué las estrellas son de distintos colores, pero nunca verdes

La temperatura es la causa principal de las distintas tonalidades de las estrellas. Las más calientes tienen una apariencia azul y sus superficies pueden llegar a alcanzar temperaturas de 40.000 K; las estrellas más frías resplandecen rojas y están sólo a unos pocos miles de grados Kelvin

Las estrellas pueden tener varios colores, pero nunca verdes o rojas. Es un hecho. Pero, ¿qué determina el color que tengan?

Recordemos que estas son esferoides luminosos de plasma que mantienen su forma gracias a su gravedad. Su edad, distribución y composición trazan la historia, la dinámica y la evolución de esa galaxia, según la NASA.

Son responsables, además, de la fabricación y distribución de carbono, nitrógeno y oxígeno.

Las estrellas nacen dentro de las nubes de polvo y se dispersan por las galaxias.

Poseen distintas luminosidades y colores, según sus características. Y aquí vamos, ¿por qué tienen distintos colores, pero nunca el verde?

La variación de los colores de las estrellas

Los colores son determinados por su energía. Existen estrellas pequeñas denominadas enanas rojas, que contienen el 10% de la masa del sol y emiten apenas 0.01% de su energía. A temperaturas de 3.000 a 4.000 grados Kelvin, brillan débilmente.

En el otro extremo se encuentran las hipergigantes, que pueden ser 100 o más veces masivas que el Sol. Sus temperaturas son de 30.000 K, emitiendo más energía que nuestro astro rey, pero con vidas que duran pocos millones de años.

Entre una y otra, por tamaños y energía, se encuentran estrellas blancas, que son la más calientes; las amarillas, como el Sol, y las naranjas, que son más frías.

De acuerdo con el portal Astronomía para todos, son siete los tipos espectrales de las estrellas, desde las más calientes hasta las más frías.

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