Más de 900 trabajadores de la salud han muerto por coronavirus en Estados Unidos. A medida que han aumentado los casos en el país norteamericano, también han escaseado los equipos de protección.
El conteo de decesos de los especialistas se origina en una base de datos interactiva creada por el diario The Guardian. El programa lo desarrolló el diario en conjunto con el servicio estadounidense de noticias de salud Kaiser Health News (KHN).
De acuerdo a KHN, a medida que aumentan los casos de coronavirus, persiste la escasez de mascarillas N95, guantes y trajes de bioseguridad. «Los trabajadores de la salud se enfrentan de nuevo a condiciones potencialmente mortales», revelan; toman especial atención a los estados del sur y el oeste de Estados Unidos.
Alianza KHN y The Guardian de EE.UU.
La asociación entre las dos redacciones tiene como objetivo contar, verificar y honrar a cada trabajador de salud de Estados Unidos que ha muerto durante la pandemia.
A través de análisis, comparación de registros, informes; redes sociales, medios locales y sindicatos, los reporteros de Lost on the Frontline han confirmado la muerte de 922 trabajadores de la salud por COVID-19.
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Más de 50 periodistas de ambos medios y escuelas de periodismo se han dedicado a investigar durante meses. Procuran comprobar que la causa de la muerte fuera coronavirus y que los especialistas estuvieran trabajando en primera línea. Para ello se han puerto en contacto con pacientes u otros especialistas.
Los trabajadores que han fallecido
El recuento incluye médicos, enfermeras y paramédicos; así como personal de apoyo crucial, como conserjes de hospitales, administradores y trabajadores de hogares de adultos mayores.
La mayoría de las muertes se produjeron entre personas de color, muchas de ellas inmigrantes. Sin embargo, los primeros hallazgos apenas representan una fracción del total de informes y no son representativos de todas las muertes de trabajadores de salud.
De los 167 trabajadores publicados en la base de datos hasta ahora la mayoría, 103 (62%), fueron identificadas como personas de color. La mayoría de estas muertes ocurrieron en abril, cuando aumentaron los casos en la costa este.
La base de datos además revela que al menos 68 vivían en Nueva York y Nueva Jersey, dos estados muy afectados al comienzo de la pandemia.
Se informó que al menos el 31% de los fallecidos tenían equipos de protección inadecuados. La edad promedio es de 57 años, aunque oscila entre los 20 y los 80 años.
Al menos 53 especialistas nacieron fuera de los Estados Unidos y 25 eran de Filipinas.
Redacción Curadas