Rusia aseguró este miércoles que no permitirá que nadie le «arrebate» a Bielorrusia, sumida en protestas contra el dictador Lukashenko.
Los que no quieren arrebatos acusaron a Occidente de «entrometerse» en los asuntos internos del país que alguna fue soviético.
«Vamos responder a eso de una manera contundente», dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en Moscú.
Dijo que se refiere a los países que tratan ahora de «agitar la situación en Bielorrusia» y desde hace un tiempo intentan alejarlos de Moscú.
Además condenó los intentos de desestabilización a Bielorrusia – que dijo – impulsan desde el exterior, informó EFE.
En nombre de Rusia apoyó la iniciativa de Lukashenko de una reforma constitucional y un «diálogo nacional» para solucionar la crisis.
«Y las autoridades (de Bielorrusia) están preparadas para ese diálogo nacional», afirmó.
Cualquier parecido con la realidad es solo coincidencia… del patrón ruso con sus países aliados.
Enfatizó que Rusia está en contra de las discusiones de la crisis bielorrusa en organizaciones internacionales.
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Considera que los sucesos en el país eslavo son un asunto que incumbe exclusivamente a la propia Bielorrusia.
«La OSCE y la ONU, tratan a toda costa de internacionalizar los acontecimientos en Bielorrusia», dijo.
Agregó con eso justificarían así «unos molestos intentos de ofrecer sus servicios de mediación».
Los rusos creen en el diálogo interno de Bielorrusia, mientras critican una posible mediación de países no alineados; al mejor estilo comunista.
Redacción Curadas.