Universidades en crisis: la pandemia agudiza situación de casas de estudios

Sin presupuesto para el funcionamiento ordinario y en medio de fuertes carencias en servicios básicos, los retos de la virtualidad complican el panorama de las universidades en el país.

Sin embargo, para las universidades ubicadas en entidades fronterizas, es aún más oscuro, como ocurre en el estado Táchira.

En lo que al sector universitario se refiere, la crisis educativa que en los últimos años ha marcado huella en la academia, se acentúa por la abrumadora migración de jóvenes y profesionales de trayectoria, que ha dejado las aulas vacías, tanto de alumnos como de docentes.

A todo ello se suma, ahora, una pandemia que cobra millones de vidas en todo el mundo y para cuya prevención son necesarios el distanciamiento y la aplicación de una serie de protocolos, poco compatibles con aulas de 50 alumnos, pasillos llenos de jóvenes que corren de un salón a otro, tertulias estudiantiles.

El sentido común obliga entonces a un mayor uso de la virtualidad, las herramientas en línea se convierten en cosa de todos, y las aulas de clases amenazan con migrar a chat, grupos y reuniones en línea.

13 años en crisis

Desde el 2007, las universidades públicas en Venezuela sufren una seria afectación presupuestaria, pues solo se les envía desde el nivel central, el 35% de los recursos requeridos para su funcionamiento, publicó el diario La Opinión, de Cúcuta.

Raúl Casanova, rector de la Universidad del Táchira (Unet), destaca que esta situación afecta de manera integral a la universidad, desde el mantenimiento de áreas verdes hasta la investigación, equipamiento o el mejoramiento profesional de los profesores, pasando por las becas estudiantiles e incluso los salarios del personal; en este momento, los ingresos de los académicos venezolanos oscilan entre montos equivalentes a los 5 y los 20 dólares mensuales.

Casanova explica que, aún en medio de la pandemia y con actividades académicas presenciales paralizadas, el trabajo de la universidad no se detiene. “La pandemia ha profundizado la brecha de las necesidades económicas y deja en terapia intensiva al sector universitario”, enfatiza.

Omar Pérez Díaz, coordinador académico de la Universidad de Los Andes Táchira (ULA), hace hincapié en que la situación generada por la pandemia es inédita en la educación venezolana, donde la virtualidad requirió un enorme esfuerzo por parte de profesores y alumnos.

«Estuvieron forzados a superar las limitaciones de fallas constantes y prolongadas en servicios como la electricidad, falta de equipos tecnológicos o internet, a la hora de culminar el año académico 2019-2020 para las carreras de anualidad o el primer semestre de 2020, para las que se desarrollan bajo esa modalidad», dijo.

“Nosotros no estábamos preparados para una educación en contexto de emergencia, que en nuestro país tiene muchísimas limitaciones operativas; sin embargo, el deseo de mantener la universidad operativa, llevó a académicos, extensionistas e investigadores a contribuir con recursos propios para lograr el objetivo”, agregó.

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