Niños y cuarentena: los padres deben conversar con sus hijos para conocer sus angustias

A poco más de seis meses de confinamiento obligado, tras la llegada de la COVID-19 a Venezuela, la vida de las familias en el país ha cambiado radicalmente. Estos cambios afectan a todos pero a los niños de una manera especial.

Esto, precisamente porque se trata de pequeños que, aunque sean “muy inteligentes” o “maduros”, tienen una forma diferente de afrontar este reto. No es fácil cambiar de rutinas y hábitos, no ir a la escuela, no poder socializar o jugar, normalmente.

 Para la psicóloga de la Universidad Católica Andrés Bello, Janet Guerra, especialista en el desarrollo infantil y sus desviaciones, lo más importante es que los padres conversen con sus hijos. Deben hacerlo para que estos les digan cómo se sienten. Sobre todo si los pequeños comienzan a desarrollar conductas que no son habituales.

“No solo es el tema de la cuarentena, son otros riesgos y situaciones críticas que estamos viviendo en Venezuela. Es una crisis crónica, económica y social. Esto ya afectaba a los niños, en su vida cotidiana, en su bienestar. También en su entorno educativo, social y psicológico. Ahora se suma la cuarentena, no ir a clases, no ver a sus amiguitos y recibir las clases de manera virtual”, describió, en conversación con Curadas.com.

Dijo que, como consecuencia de estos cambios, en su consulta ha logrado detectar como los padres y representantes o cuidadores, reportan que muchos niños   presentan “temores, ansiedad, angustia y aburrimiento”.

Resalta que “los niños no sienten (los cambios y las angustias) igual que los adultos. Dependiendo de la edad, ellos se manifiestan de una u otra forma. Muchas veces no lo hacen verbalmente”, aseveró la especialista.

Los cambios

Janet Guerra indicó que los pequeños de la casa pueden presentar “alteraciones en el sueño y apetito, mal humor, o se niegan a hacer las actividades que siempre hacían. Algunos pueden mostrar tristeza, estar desganados y otros pueden estar agresivos y molestos”, dijo.

Insistió en que los padres tienen que estar atentos ante “los cambios de conducta y comportamiento”.

Incluso, se pueden presentar alteraciones de la salud, como una forma de exteriorizar lo que no puede expresar con palabras.

Sobre la posibilidad de que los infantes se depriman, Janet Guerra dijo que sí, pero “la depresión en los niños no se evidencia como en el adulto. En el niño, la depresión puede, incluso, evidenciarse con inestabilidad o arrebatos. Los padres que noten esos cambios deben buscar ayuda”, recomendó.

La profesional de la psicología dijo que existe la tendencia a pensar que los niños, dependiendo de la edad, “no entienden lo que pasa. Eso no es real, los niños se dan cuenta, a otro nivel, pero se dan cuenta. Ante estos cambios pueden sentirse alterados”, afirmó.

Las recomendaciones

La psicóloga recomendó a los padres que, al ver alguna alteración, “que les hablen y les pregunten cómo están y qué sienten. Tienen que estar pendientes. Si pasa algo como un arrebato de rabia, que corrijan. Pero es importante que, primero, los padres entiendan que los niños no asimilan las crisis de la misma forma que un adulto. Eso les va a permitir saber qué está pasando”.

También, agregó la especialista, es necesario que los padres comprendan que no es lo mismo un niño de 2,3, 4 y 5 años, a uno de 7, 8, 9 años. Son etapas diferentes con niveles diferentes de ver la realidad y percibirla. “A los 3 y 5 años, por ejemplo, si ocurre algo en casa, el pequeño puede pensar que es por su culpa”, destacó.

Debido a las limitaciones por la cuarentena y el confinamiento, “es importante que los padres se las ingenien para los niños jueguen y hagan actividad física. Que busquen las maneras de que hablen con sus compañeritos por algún medio. Deben fomentar la socialización. Esto es importante para cuando se retomen las condiciones de escolaridad”.

En resumen, “escuchar al niño es importante, el hábito del sueño es importante. Así como hacerle sentir que es valioso, cercano, que lo quieren”, dijo.

“Los adultos no podemos olvidar que el niño es niño, a pesar de que sea muy inteligente”, enfatizó.

Trabajar en nosotros

Para la experta, hay otro factor a tomar en cuenta: Para manejar la crisis con los niños, primero hay que enfrentar nuestra propia crisis.

 “En situaciones difíciles podemos reaccionar de manera desmedida ante la realidad. Pero, como padres, debemos tomar conciencia de ello y reconocer la emoción. Podemos hablarlo con alguien de confianza. Todo antes de pegar cuatro gritos, ante una situación de crisis”, enfatizóenfatizó.

Janet Yucra

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