En el Internado Judicial Rodeo III, ubicado en Guatire, estado Miranda, los reclusos enfermos pagan doble condena: unos 40 padecen tuberculosis, hepatitis o desnutrición severa; sus familiares denuncian que duermen en el piso y no reciben la alimentación adecuada.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) dijo que los allegados están desesperados por el agravado estado de salud de estos reos, quienes duermen «como unos perros». Son aislados en enfermería o en el comedor; en esta última sala duermen en el piso y sin condiciones para el cumplimiento de sus tratamientos.
«El tratamiento de los enfermos con tuberculosis sí se los proporciona el penal, pero a veces no se lo pueden dar porque no han comido y les cae mal. Mi hijo está muy desnutrido, no pesa más de 40 kilos y temo por su vida; hoy les dieron agua de frijoles y se murió un muchacho porque el director no lo quiso trasladar a un centro de salud, aunque tenían la orden de un tribunal», sentenció la afligida madre de un reo.
Arroz sin proteínas o una arepa sin relleno en la alimentación diaria en Rodeo III, donde los presos además deben cocinar con leña porque tienen meses sin el suministro de gas.
Según el relato de los familiares al OVP, hay privados de libertad que en menos de un año han bajado hasta 50 kilos de peso. Esto los convierte en presa fácil de enfermedades infecciosas.
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Cada seis días se distribuye un camión cisterna de agua, que debe ser repartido entre toda la población penal que es de 1.300 personas. Esta es una de las razones por la que la mayoría de los presos tienen sarna. Se les hace imposible asearse con frecuencia, y tampoco pueden lavar su ropa u otros artículos personales.
«Los presos venezolanos sobreviven como si habitaran en lo más profundo de una selva, ser liberados con vida es su mayor reto. No hay políticas de reinserción en la sociedad; no hay ni la más mínima preocupación o voluntad política para adecuar nuestras cárceles y encaminarse a un futuro mejor», puntualizó Carolina Girón, directora general del OVP.
«Lamentamos como día a día recibimos las denuncias de los familiares desesperados por sus muchachos; y ratificamos nuestra voluntad de acompañarlos en su lucha por justicia y mejores condiciones de encarcelamiento; porque cometer un error no significa que deban ser condenados a muerte por la desidia del Estado», dijo.
Redacción Lohena Reverón / Con información del OVP
Que terrible. Dios, mira con ojos de piedad a todos los presos.