Sellado, desinfectado y vigilado constantemente por guardias de seguridad, el mercado de Wuhan, en la provincia china de Hubei, donde nació la pandemia del coronavirus, parece un escenario salido de una película de ciencia ficción.
Sin embargo, hay establecimientos de la segunda planta, donde, un año después de estallar el hecho que tiene al mundo conmocionado, los dependientes tratan de rehacer sus vidas.
Las dos naves que integraban el centro de acopio, separadas por la calle Nueva China, permanecen desde hace meses cerradas al exterior.
En el sitio se han levantado barreras de color azul que ahora han sido adornadas con cuadros de pintura tradicional china.
El mercado de Wuhan cerró sus puertas al público el primero de enero de 2020, poco después de que se reveleran los casos iniciales del para entonces «brote misterioso de neumonía».
Apenas en la víspera de tal fecha, el régimen chino había informado a la Organización Mundial de la Salud de la detección en Wuhan de los primeros casos de covid-19.
Curaduría Pedro Beomon. / Tomado de La Patilla.
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