Huérfanos de hijos: Los nidos vacíos de la diáspora y la pandemia

Huérfanos de hijos

La disgregación es un efecto nocivo y traumático de la diáspora. Es el desmembramiento del núcleo fundamental de la sociedad: la familia.

Ahora, no pensemos tanto en quienes adoptan la decisión de partir a otras latitudes – la mayoría, jóvenes – buscando mejores opciones de vida, sino en quienes se quedan en el país.

Actualmente, en ese nido vacío al cual queda relegado el hogar se acuña un nuevo término: los «huérfanos de hijos».

Son los padres que sufren el alejamiento forzoso de sus descendientes y a quienes plena una nostalgia que no tiene consuelo.

No asumas que los huérfanos de hijos están bien

A diferencia de los indigentes o los niños de la calle, los huérfanos de hijos casi siempre están en sus casas, salen poco, por lo cual podríamos asumir que están bien.

Por más recursos tecnológicos a los cuales se recurra para mantener viva la comunicación, y en medio de ese terrible síndrome, las pantallas y los audios, aunque son una bendición, nunca van a sustituir un abrazo, un beso, la compañía, la propincuidad entre quienes existe un lazo indisoluble de afecto y lealtad.

Es ingente el sacrificio que supone tal distanciamiento: después de haber visto crecer a los hijos, de repente, sin atenuantes, los padres deben hacer de tripas corazón mientras estos viajan a radicarse en el extranjero, buscando oportunidades que su patria negó.

La fe y la desesperanza ocupan las mentes y corazones de los progenitores pues no hay alternativa que los acerque a los hijos regados por el mundo.

La diáspora venezolana comenzó hace muchos años.

Quienes conocían de cerca el desenlace de la revolución castrocomunista en Cuba, dejaron Venezuela apenas sospecharon que Chávez usaría la fórmula patentada por Fidel, y tenían razón.

Los «No vale, yo no creo» se respondieron con terribles «Te lo dije» y parafraseando a Mafalda, el empeoramiento empeoró, haciendo que la realidad superara las predicciones más pesimistas.

Éramos muchos y parió la abuela

La pandemia vino a sumar soledad y a restar el contacto físico que ya había mermado por la diáspora.

Los aeropuertos cerrados, el temor a contagiar a los mayores, el miedo a salir de casa y la dificultad y el precio de tener gasolina, son algunas de las condiciones que distanciaron incluso a quienes están en la misma ciudad.

Cerca pero lejos

Aprendimos a vivir con dos situaciones que antes nos hubiesen resultado fantasiosas: diáspora y pandemia.

Y de paso, en un país destruido por la mala administración, la incompetencia extrema y la corrupción.

Así como el muro pandémico es real y nos bloquea, también lo es esta suerte de síndrome de nido vacío prematuro y obligado que fabrica a diario nuevos «huérfanos de hijos».

Los «huérfanos de hijos» son los padres que se quedan solos porque no pueden o no quieren irse de Venezuela

Qué podemos hacer para ayudar a los mayores que viven en soledad

Aunque la situación ahoga, no debemos quedarnos en las lamentaciones.

Podemos ayudar con acciones simples. Aquí te damos algunas recomendaciones:

Toma en cuenta no solo a tus padres, sino también a los padres de tus familiares y amigos que sabes que quedaron solos y no los abandones. Mantén contacto con ellos.

Si estás lejos de tus padres, llámalos mínimo una vez al día, y cuando los llames, deja lo que estás haciendo. Dales atención. Procura que la conversación tenga calidad.

Enseña a tus padres a integrarse a las redes sociales si no lo han hecho.

Usar WhatsApp, Instagram y otras apps les permitirá integrarse, participar en grupos, leer noticias, jugar, ver videos, estar en las redes sociales, ver fotos, leer chistes, y muchas otras cosas que seguramente tú haces y ellos también podrían hacer.

No pienses solo en la comida y en la salud, que por supuesto son primordiales, pero nos hacen relegar la soledad que se combate con compañía y entretenimiento.

Investiga en qué están usando su tiempo, escucha cómo pasan sus días.

¿Tuvieron agua? ¿Comieron? ¿Tuvieron electricidad e Internet?

Si estás fuera de Venezuela, es probable que en el país donde estás esas preguntas sean raras, pero en Venezuela tener agua y electricidad son preocupaciones del día a día.

En caso de que puedas aportar algo material, puedes ayudar a que tengan un tanque de agua, televisión por cable, o una mejor conexión a Internet.

Si no puedes enviar dinero, ni ayudar con nada material, entonces apoya con la compañía que les puedas dar.

Regala un poco de tu tiempo a esos padres que quedaron huérfanos de hijos.

Si tienes otras sugerencias, déjalas en los comentarios.

CURADAS
Tu compañía en información

3 comentarios en «Huérfanos de hijos: Los nidos vacíos de la diáspora y la pandemia»

¿Qué opinas?