¿Cuál es la causa de que las ballenas queden varadas?

Cada año muchas ballenas aparecen en las costas en distintas partes del mundo. Muchos de ellos pasan desapercibidos y otros se producen en zonas urbanas y llaman la atención de las personas que publican el evento en redes sociales y medios de prensa. En todos los casos, la pregunta es: ¿por qué varan los cetáceos?

De patrones de mareas engañosos a la contaminación acústica, hay muchos motivos por los que las ballenas —a veces cientos de ellas a la vez— acaban en tierra.

Cada año, miles de ballenas, delfines y otros animales marinos aparecen en playas de todo el mundo. Este fenómeno —llamado varamiento— se da tanto en individuos sanos como en animales heridos (o muertos) que son arrastrados a la orilla por los vientos dominantes. A veces un grupo de animales marinos queda varado en los denominados varamientos masivos y, en otros casos, una región puede registrar una cantidad inusual de varamientos a lo largo de un periodo.

En el Reino Unido, el Programa de Investigación de Varamientos de Cetáceos (CSIP, por sus siglas en inglés) de la Sociedad Zoológica de Londres ha documentado más de 12 000 cetáceos varados desde 1990. Los casos destacados —como el varamiento en 2015 de más de 300 rorcuales norteños en la región de Patagonia del sur de Chile o la serie de zifios que aparecieron en las orillas de Guam entre 2007 y 2019— demuestran que se trata de un fenómeno global. La causa de cualquier varamiento puede reducirse a una serie de factores.

«Probablemente haya tantos motivos para explicar por qué se varan ballenas y delfines como varamientos», afirma Kevin Robinson, director de la Unidad de Investigación y Rescate de Cetáceos, una organización benéfica de conservación marina en Escocia. Esto es lo que saben los científicos sobre los varamientos, desde las costas confusas hasta las amenazas humanas.

Topografía

La topografía costera y las carreras de la marea convierten algunas regiones en trampas para los mamíferos marinos. Los varamientos masivos ocurren con regularidad en lugares como el Farewell Spit de Nueva Zelanda, las costas del mar del Norte y Cape Cod, en el este de Estados Unidos. Nick Davison, coordinador de varamientos del Scottish Marine Animal Stranding Scheme, explica que estas regiones carecen de la profundidad suficiente para que las ballenas se orienten, porque su capacidad de ecolocalización está diseñada para aguas profundas.

Además, durante un ciclo de marea, el agua puede retroceder varios kilómetros en cuestión de minutos, lo que significa que algunos animales marinos pueden quedarse atrapados. Daren Grover, de Project Jonah, explica que si los animales no saben que se adentran en aguas menos profundas, eso puede causar problemas cuando baja la marea. «El agua desaparece», afirma. «Se quedan en la estacada».

Causas naturales

Dan Jarvis, encargado de desarrollo de bienestar y apoyo sobre el terreno de British Divers Marine Life Rescue, explica que una ballena varada puede estar enferma o herida, senil, perdida, ser incapaz de alimentarse o tener alguna otra insuficiencia —por ejemplo, un parto difícil—, o simplemente ser vieja. La corriente puede arrastrar a los animales debilitados hasta la orilla, mientras que los que se desorientan pueden adentrarse por accidente en aguas menos profundas.

La depredación también puede empujar a los animales a las playas, ya sean depredadores o presas. Grover recuerda casos de delfines que nadaron hasta una playa para huir de una orca y de orcas que se quedaron varadas mientras cazaban rayas en aguas poco profundas. Aunque lanzarse a la orilla es una técnica de caza habitual entre las orcas, a veces pueden equivocarse y verse obligadas a esperar a que una ola las devuelva al océano.

Actividades humanas

Los humanos también forman parte del problema. La pesca, la contaminación y las colisiones con barcos, entre otras cosas, son responsables de muchas de las heridas (y posteriores muertes) que provocan los varamientos. Quedarse atrapadas en sedales de pesca es la principal causa de muerte de cetáceos provocada por el hombre. Robinson atribuye la extinción funcional del delfín baiji y la inminente extinción de la vaquita a la pesca. La sobrepesca también priva a los cetáceos de sus principales fuentes de alimento, lo que los empuja a aventurarse hacia la costa o a aguas mareales para cazar.

Algunas causas, como la contaminación, son insidiosas. Todas las sustancias químicas acaban llegando al océano, donde provocan problemas duraderos. Rob Deaville, gestor de proyectos del CSIP, dice que hay pruebas de animales enfermos con niveles más altos de contaminantes químicos que los sanos, aunque cuesta demostrar la causalidad. Por su parte, la contaminación por plástico también puede dañar a estos animales por los enredos, la ingestión o la acumulación de microplásticos en sus cuerpos.

Finalmente, la posibilidad de chocar con barcos supone un problema en particular para especies lentas como las ballenas francas glaciales. Las colisiones pueden causar heridas graves (o la muerte) y provocar varamientos.

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