Charles Chaplin: lo ocurrido con el robo de su cadáver

El comediante Charles Chaplin murió en diciembre de 1977 y sus restos fueron sustraídos para extorsionar a la viuda en marzo del 78

La historia se da pie con un cliché: es una película de enredos, fiel al estilo del actor, humorista, compositor, productor, guionista, director, escritor y editor inglés Charles Chaplin. En marzo de 1978 dos mecánicos, uno polaco y el otro búlgaro, se dirigieron al cementerio Corsier-sur-Vevey, en Suiza, para desenterrar los restos del creador de largometrajes legendarios como Tiempos Modernos, El Gran Dictador y The Kid, entre muchos otros, y así extorsionar a la viuda, Oona O’Neill. Pero no todo salió como lo habían planeado.

Roman Wardas, nacido en Polonia, y el búlgaro Gandscho Ganev llegaron a Suiza como refugiados a fines de los 70 y sobrevivían como podían. Eran mecánicos y buscaron un modo de ganar dinero fácil. Recordaron que unos meses antes había muerto el genio del cine y sus restos habían sido sepultados al alcance de sus manos, en el pequeño cementerio de Corsier-sur-Vevey. Hacia allá fueron en la madrugada del 2 de marzo del 78 con unas palas, unos picos y una camioneta.

Tardaron dos horas en desenterrar el féretro, un ataúd de roble de unos 150 kilos. Se lo llevaron sin más y lo volvieron a enterrar en un campo de maíz en Noville, no muy lejos, a tres kilómetros del extremo oriental del lago de Ginebra, cerca de las nacientes del Ródano. La profanación era para cobrar un rescate por los restos de Chaplin y la que debía pagarlo era Oona O’Neill, la viuda.

Los profanadores-ladrones-extorsionadores llamaron por teléfono al castillo de la familia Chaplin y pidieron hablar con Oona. La última esposa de Chaplin, 36 años menor que él, e hija de Eugene O’Neill, Nobel de Literatura y cuatro veces ganador del premio Pulitzer, atendió el llamado y escuchó la demanda de los secuestradores: a cambio de devolverle el cadáver de su esposo pretendían recibir un pago de 600 mil dólares.

Investigadores en el cementerio de Corsier-sur-Vevey, tras la profanación. (Archivo)

La respuesta de Oona los descolocó: «No», les dijo. Que hicieran con los restos de Charles Chaplin lo que quisieran. A esa altura lo que acontecía ya se había filtrado a la prensa, pero la familia mantuvo el hermetismo y Oona dejó filtrar un único comentario a modo de explicación: “A Charlie todo esto le habría parecido ridículo”.

Los secuestradores dejaron pasar un par de días y se convencieron de que el problema había estado en la moneda. Volvieron a llamar y Renato, el histórico mayordomo de los Chaplin, los volvió a comunicar con Oona. Esta vez le dijeron a la viuda que con 600 mil francos suizos volvía a tener el ataúd con los restos de su esposo. “No”, volvió a responder la mujer.

Desesperados, los dos mecánicos mejoraron la oferta y en un tercer llamado le rebajaron el rescate a 500 mil francos. Pero Oona volvió a decir que no. El 16 de mayo, la viuda fue advertida por los secuestradores de que al día siguiente, a las 9.30, iba a recibir la llamada con la oferta “definitiva”. Fue con esa precisión que le anunciaron el llamado lo que le permitió a la policía montar un operativo para dar con los extorsionadores.

Continúa leyendo en CLARÍN

CURADAS |Tu compañía en información

1 comentario en «Charles Chaplin: lo ocurrido con el robo de su cadáver»

¿Qué opinas?