El pasado 13 de agosto, en el Museo de Antropología de Ciudad de México, el oficialismo y la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó firmaron un memorando de entendimiento para iniciar formalmente -y por cuarta vez- un proceso de negociación, ahora bajo la mediación del reino de Noruega.
Siete puntos y una metodología clara deja el memorando firmado por Jorge Rodríguez, por el chavismo, y Gerardo Blyde del lado opositor. Las firmas las completan el canciller mexicano Marcelo Ebrard como veedor, y Dag Nylander, la principal figura noruega en resolución de conflictos y negociaciones de paz de la última década, como mediador.
Desde ese momento, ambas delegaciones tienen instrucciones de sopesar y discutir los puntos de la agenda, además de incluir propuestas de los sectores sociales y revisar la inclusión de mujeres en las delegaciones, una falla recurrente de otros procesos.
Del lado oficialista hay silencio sobre quiénes pueden integrar la delegación final, aunque se menciona la presencia de dos mujeres (como en la oposición) y del diputado Francisco Torrealba, para acompañar a Héctor Rodríguez, Nicolás Maduro Guerra y Jorge Rodríguez como cabeza de delegación.
Por la oposición, Tomás Guanipa (Primero Justicia) comenta a TalCual que ya están revisando esos procesos de inclusión de los sectores sociales con la conformación de equipos multidisciplinarios por cada partido, que recibirán las propuestas.
Estos equipos multidisciplinarios, la mayoría ya conformado, funcionarán como equipos asesores para la delegación negociadora, comenta una fuente que prefirió no ser mencionada.
Con respecto a la inclusión de otras mujeres en la delegación, Guanipa señala que ya cuentan con la presencia de la diputada Mariela Magallanes (La Causa R) y la abogada Claudia Nikken. De incluir a mujeres en más espacios, dice, se hará en los equipos asesores.
Los puntos sobre los que hay acuerdos o se discute son más privados. Ambas delegaciones han optado por la discreción y el silencio para evitar filtrar información a la prensa. Pero el mismo fin de semana de la firma del memorando se liberó al dirigente Freddy Guevara como parte de uno de los acuerdos, informó la agencia de noticias Bloomberg.
Otras cuestiones sobre la que puede haber acuerdos en la próxima ronda de negociación, que se hará del 3 al 6 de septiembre, puede ser respecto a temas económicos y humanitarios, esto último referente a atención de la pandemia de covid-19 y la adquisición de vacunas, comentan fuentes cercanas al proceso.
El tema electoral también se discute en las reuniones previas a septiembre. La oposición insiste en condiciones electorales legítimas, que permitan una observación internacional confiable, para poder pensar su participación. Las inhabilitaciones políticas y la intervención judicial de partidos y cómo revertirlas es una de las cuestiones que esperan resolver lo más pronto posible. Esto también serviría a los intereses de la administración de Nicolás Maduro, que quiere tener a toda la oposición en los comicios de noviembre.
Analistas y especialistas en conflicto consultados para este trabajo coinciden que esta negociación no será corta y dependerá de la confianza entre ambos actores para concertar acuerdos parciales, para mostrar cierto avance a la población, antes de lograr un acuerdo final.
Phil Gunson, investigador y analista político para Crisis Group en la región andina, apunta que se puede discutir hasta qué punto han servido de alguna u otra manera los procesos anteriores para avanzar, pero en realidad los resultados son muy escasos.
Sobre lo diferente de esta negociación a las anteriores, Gunson destaca que la coyuntura internacional es más propicia “para que esto llegue a buen término. Lo digo en el sentido de que ya no está en Estados Unidos el gobierno de Trump, que existía una política que realmente no llevaba a ninguna parte, la política de la llamada máxima presión y de todas las opciones están sobre la mesa”.
El analista de Crisis Group considera que con la administración de Joe Biden existe una estrategia más “multilateralista” y de mayores acuerdos con los aliados. “Estamos viendo que en esta ronda hasta los rusos están sentados como parte del proceso”.
También ponen el acento en que hay mayor disponibilidad, a su juicio, en América Latina y el Caribe “en el sentido de buscar una salida negociada y abandonar un poco la idea de que con la presión, hasta la presión militar, Maduro saldría del poder. Eso es lo primero. Yo creo que, en general, la estructura, el andamiaje de estas negociaciones es más robusto”.
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