China deja atrás las tarjetas de crédito y débito

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos establecimientos no disponen de TPV para pagar con tarjeta, o por qué establecen una cantidad mínima?

La respuesta en muchos casos es que no quieren tener que pagar las comisiones que imponen intermediarios (banca, proveedores de tarjetas como VISA o MasterCard…).

En Estados Unidos se estima que por cada transacción de 100 dólares, solo 97,25 dólares llegan al vendedor, quedándose el resto por el camino.

En China encontraron la forma de saltarse estas comisiones en su mayor parte, eliminar costes a los comercios, y permitir vivir con pagos móviles que van mucho más allá de lo que conocemos.

Wechat Pay 02

Mientras que estamos acostumbrados a que los pagos móviles consistan en tener una copia virtual de la tarjeta física en nuestro smartphone, en el país asiático van más allá con pagos mediante códigos QR, un sistema que ha cambiado por completo las transacciones comerciales en supermercados, gasolineras, taxis y cualquier tipo de establecimiento. Incluso para pagar facturas.

En la mayoría de países del mundo, los pagos los componen el dinero en efectivo y una lista de entidades bancarias y partners para el «dinero de plástico», con VISA y MasterCard a la cabeza.

En China apenas compiten Alipay y WeChat Pay, controlados por AliBaba -que viene a ser el Amazon chino- y Tencent Holdings -propietario de WeChat, el «WhatsApp de China» que va muchísimo más allá en cuanto a funciones.

Apuntar con la cámara, tocar, confirmar. A eso se reduce el proceso de pago mediante QR en China.

El servicio de Alipay es gratuito para los usuarios menos recurrentes, a medida en que se van incorporando comisiones crecientes. Pero incluso la mayor de todas es más baja que la de PayPal, por ejemplo: un 1,2%.

Las plataformas digitales de Alibaba y WeChat se han convertido en ecosistemas casi integrales donde sus usuarios realizan muchísimas acciones para las que quizás en occidente estamos acostumbrados a usar varias apps por separado.

Cada usuario tiene un QR único, también los comercios, y comunicándose entre ellos es como se completan los pagos. Bancos y proveedores de tarjetas de débito y crédito quedan fuera de una ecuación que se prevé al alza y sin visos de que sea ninguna moda.

Desde Estados Unidos se observa con cierta preocupación este modelo: en el momento en que un gran actor tecnológico adopte este modelo, su negocio puede verse en problemas. Aunque en muchos comercios siga existiendo esta figura, en otros ya ni siquiera se cuenta con un TPV para procesar pagos con tarjeta. Otra reducción de costes para el comerciante.

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