48 leyes del poder: conozcamos algunas

Vamos a conocer algunas de las «48 leyes del poder», incluidas en el libro homónimo sobre la naturaleza humana del escritor y psicólogo estadounidense Robert Greene.

Este texto es muy famoso entre políticos, prisioneros y celebridades.

Aunque la obra es considerada como manipuladora y algunas de las recomendaciones poco eficaces es bueno enterarse de su contenido, pues algunos de los consejos podrían ser usados en tu contra.

48 leyes del poder: cómo emplearlas

Ley 1: Nunca opaques a tu jefe

Mientras intentas impresionar a las personas que están por encima de ti no muestres demasiado tu talento.

Esto puede hacer que tus superiores se sientan inseguros y encontrarán formas de reemplazarte. Las personas en el poder nunca quieren parecer impotentes y débiles.

El jefe puede sonreír y actuar como si le gustara lo que haces pero ten la seguridad de que en la primera oportunidad te sustituirá con una persona menos inteligente.

Si deseas implementar tus ideas hazlo de manera que tus superiores se sientan inteligentes.

Ley 2: Nunca confíes demasiado en los amigos, aprende a usar a los enemigos

Mantén amigos para la amistad pero trabaja con personas capacitadas y competentes. Especialmente cuando se trata de hacer negocios serios permanece alejado de los amigos y, en cambio, contrata a a algún enemigo.

El enemigo será mucho más leal que un amigo porque tiene mucho más que probarte. Es más probable que los amigos te envidien y te traicionen.

Tu amigo puede ignorar los favores que les has hecho y comenzar a pensar que ha logrado todo él solo.

48 leyes del poder: forma de comportarte

Ley 4: Siempre di menos de lo necesario

Mientras mas digas menos impresionante te verás y mayor será la posibilidad de que digas algo tonto.

Las personas poderosas tienden a decir poco, esto las hace intimidantes e impresionantes porque no puedes adivinar lo que están pensando.

Especialmente cuando se trata de negociaciones y entrevistas siempre presta atención a ti mismo para que no digas más de lo necesario, porque comenzarás a trabajar en tu contra.

Ley 9: Gana a través de acciones, nunca de argumentos

Siempre demuestra en lugar de convencer a alguien con tus palabras.

Cada argumento ganado a través de las palabras dura poco tiempo y crea resentimiento en el otro lado. Entonces, gana con tus acciones, nunca con argumentos.

48 leyes del poder: Tu relación con los demás

Ley 10: Infección: evita el infeliz y el desafortunado

Puedes morir por la miseria de otra persona. Los estados emocionales son tan infecciosos como la enfermedad.

Puedes sentir que estás ayudando al hombre que se está ahogando, pero solo estás acelerando su propio desastre.

Los desafortunados a veces dibujan desgracias sobre sí mismos, ellos también lo dibujarán en ti.

Asóciate con los felices y los afortunados.

Ley 13: Al pedir ayuda apela al interés propio de las personas, nunca a su misericordia o gratitud

Si necesitas ayuda de alguien no te molestes en recordarle las cosas que hiciste por él en el pasado. Encontrará alguna manera de ignorarte.

En cambio, descubre algo en tu petición, algo que lo beneficiará y enfatízalo con grandes palabras subrayadas.

Él responderá con entusiasmo cuando vea que se puede ganar algo para sí mismo.

Los humanos somos egoístas por naturaleza. O lo aceptas o no.

Hace falta audacia

Ley 28: Entra en acción con audacia

Si no estás seguro acerca de tu acción no la intentes. Tus dudas y vacilaciones afectarán su ejecución.

Si debes hacer algo entonces es mejor hacerlo con audacia. Cualquier error que cometas se corrige con más audacia.

Todos admiran a los valientes, nadie honra a los tímidos.

Ley 36: Desprecia las cosas que no puedes tener, ignorarlas es la mejor venganza

Al reconocer un problema le das existencia. Cuanta más atención le prestes a tu enemigo más fuerte lo harás, y un pequeño error empeora cuando intentas solucionarlo.

A veces es mejor dejar las cosas en paz. Si hay algo que quieres pero no puedes tener simplemente ignóralo. Mientras menos interés prestes más grande pareces.

Al reconocer a tus enemigos, aunque solo sea para luchar con ellos, te abres a su influencia. Al ignorarlos los cancelas.

Ley 40: Desprecia la ida a comer gratis.

Lo que se ofrece de manera gratuita es peligroso. Generalmente implica un truco o una obligación oculta.

Es aconsejable pagar el precio completo para mantenerse alejado de la gratitud, la culpa y el engaño.

Gratos es una de las palabras más caras que puedes escuchar. Cuando escuches que algo es gratis ten mucho cuidado. Gratis casi nunca es gratis.

Siempre hay un precio escondido detrás.

Ponerse en el lugar del otro

Ley 41: Evita ponerte en los zapatos de un gran hombre

Lo que sucede primero siempre parece mejor y más original que lo que viene después.

Si tienes éxito con un gran hombre o tienes un padre famoso tendrás que lograr el doble para eclipsarlos.

Establece tu propio nombre e identidad cambiando el curso.

Si deseas tener éxito al suceder a un empleado que había logrado lo mejor en el puesto tendrás que producir el doble de los resultados, o deberás crear tu propio camino para que no te comparen.

Ley 45: Predica la necesidad de cambio, pero nunca reformes todo de una vez

Todos entienden la necesidad de un cambio en abstracto, pero las personas son criaturas de hábito y les encanta hacer las cosas como solían.

Demasiada innovación es traumática y provocará enojo y oposición. Si eres nuevo en una posición de poder respeta siempre las viejas formas de hacer las cosas.

Haz que el cambio se sienta como una mejora suave del pasado.

Ley 46: Nunca parezcas demasiado perfecto

La gente lo odia cuando ve que eres mejor que ellos. Lo más peligroso de todo es parecer no tener fallas o debilidades.

La envidia crea enemigos silenciosos. Es inteligente mostrar defectos ocasionalmente para desviar la envidia.

Una vez que tienes éxito las personas que más temen son las de tu propio círculo, los amigos y conocidos que has dejado atrás.

Estas leyes son bastante poderosas y pueden ser contraproducentes si no sabes cómo aplicarlas

Tomado de Naturaleza humana, Wikipedia

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