Luisillo El Gordillo se vino a nuestro país para degustar comida callejera en Venezuela.
Comida callejera en Venezuela: las empanadas
Comenzó su travesía degustando unas sabrosas empanadas que él llama «masivas». Para eso se trasladò al Boulevard de las Empanas en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui.
Allí probó unas empanada enormes, de la región oriental. Dice que en la mayoría de los puestos las empanadas cuestan un dólar.
«Ver cómo las preparan es todo un arte: el manejo de las manos, cómo las echan al freidor, cómo las moldean. Es algo en realidad artístico».
Se devora una empanada gigante de cazón, acompañándola con guasacaca.
«Como están muy calientes, para morderlas tengo que exhalar humo como un dragón. Una vez que la mordiste le echas la guasacaca. Está deliciosa. Nunca pensé que me iba a gustar el tiburoncito bebé».
Luego, prueba una de pabellón.
«Pabellón es Venezuela, es el platillo que lo tiene todo, carne mechada, caraotas, que es como le dicen a los frijoles, y maduro o plátano. Entonces hacen empanadas y arepas de pabellón. Esta empanada pesa lo que un bebé recién nacido», dice jocosamente, informando que su precio es de dos dólares.
«El nivel de grasa mancha hasta tres capas de servilletas. Pero como bien dicen entre más grasoso más sabroso».
Comida callejera en Venezuela: pepitos
La siguiente parada es en un carrito hamburguesero, de perros calientes, auténticamente venezolano.
Luisillo comenta que lo que caracteriza al expendio es la variedad de salsas, de ingredientes adicionales.
«Le puedes agregar papas fritas, queso, salsa de maíz, salsa barbecue, mayonesa, ketchup, salsa picante, crema tártara. Y de esto va a depender el precio del perro caliente, que van de uno a cuatro dólares».
Informa que El Gordo Burguer 12 es un sitio famoso en Caracas donde venden los «legendarios» pepitos de 2 metros.
«Un pepito es como un sandwich, como un emparedado, como una butifarra que tiene carne, tiene chorizo, bistec, pollo, lechuga, huevo, repollo, queso amarillo, tocineta, papa, maíz y la lluvia de queso. Y en este lugar los hacen desde medio metro hasta 2 metros».
Luisillo observa la preparación del producto. «Lo que hacen es que juntan varias canillas, como le dicen aquí a las baguettes, les ponen las salsas, los quesos, los vegetales, y los demás ingredientes».
«Hay de 40 centímetros hasta el de dos metros que alimenta a doce personas. Con el de un metro, comen cinco personas, con el 63 centímetros comen 3 personas, y con el de 42 centímetros quedan full dos personas».
Luisillo asevera que son dos metros de pura delicia, dos metros de pura gordura. «Si se hace un concurso de alguien que se pueda comer esto se haría viral. Hay que organizarlo: el challenge del pepito más grande del mundo, Un mordisco y siento que ya estoy lleno», comentando que su precio se eleva hasta 40 dólares.
Y no podía faltar la arepa…
Y por supuesto Luisillo el Gordillo no podía terminar su aventura gastronómica en Venezuela probando una arepa.
Se fue a un local caraqueño que abre las 24 horas del día.
«En este lugar no hay un sabor que se pueda decir que es la especialidad. Le puedes echar de todo. Si vienes en el día te proponen rellenar la arepa de huevo, si vienes en la tardecita carne mechada, ya por la noche abundará el plátano con carne molida. Estas arepas son mórbidas, podrían llenarte por cuatro días seguidos».
Señala que el precio de las arepas comienza en 5 dólares. «Pero esto tiene su razón: es que en verdad son bien grandes, bien rellenas».
«Pedí una de las que más se compran, se trata de la arepa llanera que consiste en carne de vaca, queso guayanés, tomate, aguacate y mantequilla. Cuesta 7 dólares.».
«También está disponible la emblemática arepa pelúa, que se llama así porque está hecha con carne deshebrada. No entiendo de qué tamaño debería ser una boca para comerse esta arepa de una sola mordida. No puedes decir que viniste a Venezuela si no te echaste un legendario arepón».
Asimismo, devora una cachapa. «Esta que me trajeron es la cachapa rumbera, que tiene pernil y tiene queso. Se le pone mantequilla al gusto. La cachapa combina las notas dulces con la saladas de una manera interesante».
Y así Luisillo el Gordillo se despide de Venezuela después de haber disfrutado de diversos manjares de la cocina callejera, deleitándose con los sabores de la cocina nacional.
Tomado de Probando comida callejera en Venezuela.
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