En la actualidad hay que adquirir un mayor grado de conciencia en referencia a quienes sufren Alzheimer y empatía con sus cuidadores.
Alzheimer: Enfermos y cuidadores integran un binomio que hay que comprender mejor.
Esto a la luz de lo que vemos hoy en día.
Revisemos, primero, la patología para entender todo el fenómeno.
Alzheimer, enfermos y cuidadores: Identificando el mal
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa.
Es progresiva e irreversible.
Demencia senil es un sinónimo de uso frecuente.
Presenta manifestaciones de deterioro cognitivo.
Esto se traduce en pérdida de habilidades mentales, del pensamiento y la memoria.
Además, dificulta la realización de actividades cotidianas como vestirse, cocinar o mantener una conversación.
El, deterioro que conlleva el Alzheimer se registra por fases.
En la primera etapa se olvidan palabras, nombres de personas recién conocidas y los lugares donde se sitúan los objetos.
Luego, se dificulta el poder realizar cálculos y operaciones complejas.
Alzheimer, enfermos y cuidadores: Agravamiento
En el período severo se agudiza la falla de la memoria y se verifican cambios en la personalidad y el estado de ánimo.
Además, se pierde la capacidad de contacto con el entorno, el lenguaje y el control motor.
Quienes lo padecen requieren de ayuda en el cuidado e higiene personal.
Las causas del mal no han sido todavía determinadas por completo.
Una de las tesis médicas más preponderante es que la muerte neuronal se debe a la acumulación en el cerebro de dos proteínas.
Ellas con la beta amiloide y la tau.
La proteína beta amiloide forma unas placas que impiden la comunicación entre las neuronas.
La tau, por su parte, provoca que se desintegren los microtúbulos de las neuronas.
Su conjunción acarrea la destrucción de las células nerviosas y, por consiguiente, la capacidad cognitiva.
Prevenir para no lamentar
Prevenir el Alzheimer comulga con preparar el marco adecuado para el arribo de la vejez.
Eso contempla llevar una vida saludable, cuidar el corazón y la presión arterial.
Además, evitar el estrés y la diabetes.
También se aconseja la práctica de actividades estimulantes como la lectura.
Evitar, asimismo, la depresión, la ansiedad y los pensamientos negativos persistentes.
Desafortunadamente, hasta ahora no existe una cura para el Alzheimer.
Los tratamientos al respecto encuentran en hormonas como la oxitocina – generadora de vínculos como la confianza y la generosidad -, un freno al efecto de la proteína beta amiloide.
También se indaga sobre la inhibición de ciertas enzimas lo cual podría ayudar a detener el mal.
Aristas de la enfermedad
Mientras, la verdad es que no es fácil vivir con el padecimiento.
Asimismo, depara impacto entre quienes rodean al paciente, especialmente el entorno familiar.
Los cuidadores pueden acusar malestar general, alteraciones del sueño y úlceras, junto con problemas psicológicos y emocionales.
Estos tienen que dedicarse a tiempo completo al enfermo, privándose de emprender otra ocupación, por ejemplo, un empleo
No podemos negar que se ha creado una falta de comprensión en la sociedad con respecto al Alzheimer.
Eso puede generar cierta estigmatización del tema.
Lo cierto es que el Alzheimer puede aparecer veinte años antes de que se declaren los síntomas.
Por ello se hace necesaria una atención clínica temprana.
A través de la consulta médica se adoptarán las mejores estrategias a fin de enfrentar el mal.
Es básico, entonces, promover información al respecto, desarrollar empatía con las personas que la presentan y con sus cuidadores.
Un mayor grado de conciencia, pues.
Tomado de CuriosaMente, Wikipedia, Mayo Clinic.
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Muy interesante la información suministrada