La sinestesia: saborear u oír un color. El intercambio de los sentidos

Procedente del término griego «sensaciones unidas», esta facultad la experimentamos cuando bebés. Luego, con el desarrollo, puede presentarse en forma asociativa o proyectiva, con sus diferentes tipos, desafiando la capacidad de entendimiento.

La sinestesia.

¿Has escuchado antes ese término?

Primero formulemos las siguientes preguntas que nos parecerán ilógicas.

¿A qué sabe el color azul? ¿Qué textura tiene una nota musical?

¿De qué color es un aroma? ¿ Cómo se oye la frialdad?

Aunque parezca extraño, hay personas que pueden contestar estas interrogantes.

Esto es porque experimentan los estímulos de un sentido como sensaciones de otro.

El fenómeno se llama sinestesia.

Pero, ¿qué la causa? ¿Quién la ha experimentado?

Descubramos, entonces, por ejemplo, cómo se saborea un sonido.

La sinestesia: descubre si la tienes.

La sinestesia

La sinestesia: Un poco de historia

Se cuenta que de pequeño el pintor neerlandés Vincent Van Gogh estudiaba piano y podía ver cada nota como un color diferente.

Su maestro, asustado, pensó que el niño se estaba volviendo loco y decidió cancelar las clases.

No hay seguridad de que Van Gogh realmente haya sido un sinésteta.

De adulto, un día le escribió a su hermano que había pinturas como las del francés Honoré Daumier que le sonaban como un violín.

Asimismo, que la obra del caricaturista galo Paul Gavarni tenía timbre como de piano y la del también francés Jean-François Millet como un gran y señorial órgano.

Quizá esta facultad contribuyó al genio creativo de Van Gogh. También a su aislamiento y sufrimiento.

La palabra sinestesia viene del griego y significa «sensaciones unidas».

La sinestesia: Asociativa y proyectiva

Hay dos sinestesias.

La sinestesia asociativa es la más común y es aquella en la que un estímulo te hace pensar en otra sensación asociada.

Por ejemplo, asocias el número ocho con un color, aunque no lo veas; o el sonido de un piano te recuerda alguna forma geométrica.

La otra forma de sinestesia es la proyectiva: realmente percibes colores, formas o sabores cuando recibes cierto estímulo.

Por ejemplo, no puedes evitar ver un triángulo anaranjado cada vez que escuchas la corneta de un automóvil Volkswagen, por cita una marca.

La sinestesia

La sinestesia: Categorías para estudiar

Hay diferentes categorías de sinestesia.

La más común se llama grafema-color, que es aquella en la que letras o números están permanentemente asociados con un color específico.

La segunda más común es llamada cromestesia. Es la que experimentaba Van Gogh cuando veía las notas musicales como colores.

Es muy probable que las personas con esta sinestesia también tengan oído absoluto: es decir, pueden identificar a la perfección cada tono auditivo porque pueden verlo como un color diferente.

Por su parte, la sinestesia de secuencia espacial es aquella que percibe los elementos que tienen cierto orden, como estructuras en el espacio.

Por ejemplo, los meses del año forman una columna o los días de la semana una espiral.

Estas personas suelen tener también mejores habilidades memorísticas.

Un estímulo aquí, una respuesta allá

Igualmente, existe la sinestesia auditiva-táctil: el escuchar un sonido te provoca una sensación en la piel.

Verbigracia, oír la palabra «cocodrilo» hace que sientas que alguien te toca en la mejilla.

No confundirla con el «frisón», que es cuando se te eriza la piel al escuchar una hermosa melodía y que lo experimenta casi la mitad de la gente.

Tampoco es el ASMR – Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, siglas traducidas al español – que provoca un estado de placer y erizamiento en la nuca al oír ciertos sonidos o ver determinados movimientos.

Esto al parecer está vinculado con la atención personal y todavía es un misterio por resolver.

Una sinestesia muy rara es la léxico-gustativa.

Corresponde a percibir un sabor al escuchar una palabra específica.

Le pasa al profesional de la informática y escritor inglés James Wannerton: cada vez que escucha el nombre «Derek» la boca le sabe a cera de los oídos.

La sinestesia

Cuando varios sentidos interactúan

Más rara aún es la sinestesia kinestética. En esta las sensaciones producidas ocurren en varios sentidos e interactúan entre ellos.

Un caso es el de una persona que cada vez que resolvía ecuaciones veía figuras geométricas interactuando y a su vez esa visión le provocaba cosquillas en los pies.

Esto puede incluir la habilidad de resolver dichos problemas matemáticos o crear composiciones musicales, porque estos sinéstetas pueden visualizar y sentir los sistemas completos y predecir cómo se comportarán.

Hay unos 80 tipos de sinestesias con diferentes combinaciones de estímulos y sensaciones involucradas.

¿Qué las causa?

Todavía no hay una respuesta definitiva.

Las neuronas son protagonistas

La hipótesis más aceptada es que se trata de un «cruce de cables neurológico».

Por ejemplo, la zona de la corteza visual del cerebro que identifica los colores está muy cerca de la zona de reconocimiento de grafemas.

Así que no es difícil que un estímulo en una de ellas recorra un camino neuronal que lo lleve a la otra, causando la sinestesia grafema-color.

Estos «cables cruzados» podrían ser producto de un a poda neuronal no terminada.

¿Qué es eso?

Sucede que de bebés, mientras nos vamos desarrollando, va creciendo en el cerebro el número de neuronas y de conexiones entre ellas llamadas sinapsis.

Pero alrededor de los dos años de edad hay más sinapsis de las que necesitamos y todas las neuronas se conectan indiscriminadamente.

A esa edad los infantes experimentan sinestesia.

La poda neuronal o sináptica redice el número de neuronas desde ese momento y hasta la adolescencia.

Sin embargo, algunas partes como la corteza frontal terminan de definirse alrededor de los veinte años.

Conexiones que no se cortan

La poda sináptica mejora nuestra eficiencia de procesamiento y la capacidad de razonar. También distingue unos sentidos de otros.

Pero es posible que alguna de esas conexiones no se corten y queden como cuando éramos bebés, conectando unos sentidos con otros.

La sinestesia puede estar vinculada con el espectro autista.

Aquí encontramos el extraordinario caso del escritor británico Daniel Tammet, quien además de sinestesia tiene síndrome de Asperger y epilepsia.

Para él cada número tiene una forma, una textura, un color y una emoción únicas.

Puede distinguir sin esfuerzo si un número es primo o complejo y resolver sin pensarlo complicadas operaciones matemáticas.

Memorizó más de 22 mil dígitos de Pi, sabe 11 idiomas y se inventó una lengua nueva.

Te imaginas que todos pudiéramos desencadenar el poder de la sinestesia y ser como él.

Tomado de CuriosaMente, Saber Vivir, Wikipedia.

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