Video reportaje respecto a la tragedia de Vargas (1999) producido por Radio Caracas Televisión (RCTV) El Observador.
Dirección de información: María Isabel Arriaga
Producción general: Lolymar Viloria
Producción: Tibisay Ascención
Dirección y postproducción: Jaime Díaz
Del agua que corre hoy
Época violenta como los rápidos del río. Era turbia, de confusión, como el fondo del río revuelto. Tiempo de ira, como el río y la tormenta, midiendo bravuras.
Hoy la soledad es el lugar que habita la calma, como aquel escondido recodo donde la rivera hace un pozo tranquilo. Allí se atreven a crecer pequeñas flores. Me gusta pensar que en su inocencia la ignorancia las mantiene a salvo.
Momento oscuro, de preguntas y ruido. Ruge la multitud como ruge la cascada. Se dispersa la multitud como la cascada al caer se hace rocío.
Moviéndose la vida en indomable protesta, sigue el río su ímpetu de guerrero danzante. Sigue el hombre su destino, escurriéndose entre piedras.
El mar sin esperar nuestra llegada, nos recibió indiferente.
Los nuestros nos buscaron sorprendidos, confusos, aterrados. No pudieron distinguirnos en el delta. Ni al río, ni a nosotros, mezclados como las bajas en un campo de batalla.
Lo único que pudieron decir del agua que corre hoy, es lo obvio. Dementes de dolor, de miedo, mientras lloraban nuestra ausencia, repetían gritando: ¡El agua!, ¡Se fueron con el agua! ¡Allá hay otro cuerpo!, ¡Un cadáver!
Imagino que cuando se den por vencidos llevaran ofrendas a un jardín donde simularan guardar nuestros cuerpos, nuestros cuerpos que seguramente no habrán encontrado y quizás no encuentren nunca.
A menos que vuelva a llover y otra crecida estremezca al pueblo nuevamente, tumbando las casas, ahogando al ganado, trayendo más almas.
Sí. Así quizás nos encontraríamos en lo profundo del mar. Juntos otra vez, nos meceríamos al ritmo de las corrientes internas, que han sido hasta ahora lentos movimientos de un lado al otro, subir y bajar, de un lado al otro.
Debe ser de noche o ha de estar muy frío, porque no he visto ningún pez. Ni algas ni corales. Solo agua y diminutas partículas flotando. Agua y algunas siluetas cuyos rostros no pueden distinguirse.
La noche del mar es acogedora, oscura y fría, como la noche del bosque.
Me pregunto cuánto durará esta nueva existencia misteriosa, apacible, como el manantial donde nace el río.
Inspirado en las lluvias que destruyeron gran parte del estado Vargas en diciembre del año 1999. Dedicado a las víctimas y a sus sobrevivientes.