Todo lo que ocurría sería un breve encuentro, en una brecha de tiempo en el mar.
Este tipo de historias así como muchas, hacen de » Nuestro Insólito Universo» un programa excepcional. Lo que ven unos, lo ven los otros, en una brecha de tiempo en el mar.
Medianoche, 17 de Octubre de 1757.
La nave corsaria francesa, en aguas del Océano Pacífico, cerca de las costas de California, es envuelta por un denso banco de niebla. Durante veinte minutos, navega a ciegas, hasta que súbitamente, el vigía hace sonar la alarma; pero en forma tan insistente, que todos, incluyendo al capitán François l’Olonnais, acuden a cubierta.

Al principio, la niebla les impide distinguir nada; pero casi de inmediato, la densa cortina blanca se disipa un poco, permitiéndoles divisar algo que se acerca con luces tan brillantes como soles.
Haciendo la señal de la cruz, el cápitan l’Olonnais ordena a oficiales y tripulación que adopten posiciones de combate para repeler a «eso» que navega recto hacia ellos.
Son tales la sorpresa y estupor que reinan en la caravela, que todos permanecen inmóviles, viendo como aquello que se les viene encima con gran estruendo y centelleantes luces, parece ser una nave de hierro. Posteriormente, uno de los marinos llamado Esteban, juraría haber divisado en la parte superior de la quilla metálica -la cual cortaba las aguas a increíbles velocidad-, letras y números.
A continuación, no te pierdas el interesante video de Nuestro Insólito Universo «Brecha de tiempo en el mar»
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