En el uso del libre albedrío hay quienes adoptan posturas polémicas. Pero no hay un arma más eficaz que la razón científica para despejar cualquier duda y asentar la verdad.
Argumentos contra los antivacunas: documéntate.
Las vacunas salvan vidas. Aún así, toda una legón se muestra reacia a aplicárselas.
La inmunización evita a nivel mundial más de 6 millones de muertes al año.
El temor de quienes rechazan las vacunas comienza desde la misma infancia de sus hijos.
Una de las preocupaciones comunes es la suposición de que administrarlas a temprana edad afectará su sistema inmunológico.
Argumentos contra los antivacunas: «Con los pelos en la mano»
La ciencia demuestra que esto no es cierto: según la Revista Médica Estadounidense los niños pequeños que reciben múltiples vacunas no tienen más probabilidades de enfermarse en comparación con los infantes que no están vacunados.
Y es que le teoría de sobrecargar el sistema inmune de un bebé es altamente improbable.
En una investigación expertos observaron a unos 1.000 niños de entre 2 y 4 años durante 12 años.
En lugar de ver si los niños de la cohorte que habían sido vacunados tenían más o menos probabilidades de desarrollar las enfermedades para las que estaban vacunados, examinaron las infecciones contra las que los niños no estaban vacunados.
Los científicos no detectaron diferencias significativas entre los niños vacunados y los no vacunados.
Cuando el bebé abandona el útero de su madre se expone a microbios nuevos y dañinos.
La pequeña cantidad de antígenos de las vacunas son minúsculos y apenas se registrarían en un sistema inmune en desarrollo.
Debido a la embestida de bacterias, antígenos y otros microorganismos que enfrenta el bebé, el sistema inmunitario está preparado para funcionar en este entorno descubriendo quién es amigo y quién no.
Revisemos algunos mitos asociados a las vacunas.
Argumentos contra los antivacunas: ¿Contienen químicos peligrosos?
Uno de los alegatos de los antivacunas es que contienen químicos como anticongelante, fenol, formaldehído, aluminio y plomo.
Lo cierto es que contienen sustancias químicas en dosis tan insignificantes que no se considera tóxicas.
Por ejemplo, tienen apenas 0,125 mg de aluminio para ayudar a que sean más efectivas.
Eso es mucho menos que el promedio de 30 a 50 mg que el humano consume todos los días.
Argumentos contra los antivacunas: ¿Debilitan el sistema inmunitario?
Los padres antivacunas exhiben preocupación por el posible riesgo de debilitamiento del sistema inmunológico de sus vástagos.
Esto, debido a un aumento en el número de antígenos de las inmunizaciones o vacunas administradas a los hijos a través del tiempo.
La respuesta es un rotundo no.
Tal como dijimos al principio, no existen diferencias en la tasa de infecciones entre los niños que recibieron vacunas y los que no teniendo en cuenta infecciones contra las que los niños no estaban vacunados.
En resumidas cuentas, el rechazo a las vacunas no tiene sentido.
Argumentos contra los antivacunas: ¿El sistema inmune de un niño se desarrolla solo?
Enfermedades como sarampión, paperas o difteria han tenido repuntes, entre otras causas, por esta errada creencia de los padres que consideran que el sistema inmunológico de los infantes necesita desarrollarse de forma natural, solo.
La verdad es que las vacunas fortalecen el sistema inmunológico, no lo debilitan.
Las vacunas introducen en el organismo una forma debilitada de virus. De esta manera, el organismo aprende a identificarlo y a defenderse contra futuras infecciones.
Como el sistema inmunológico de los niños es más susceptible es, precisamente, a corta edad cuando demandan ser vacunados.
Y los mayores porque su sistema inmune va dejando de trabajar con la mejor eficiencia a medida que se envejece.
¿Pueden causar alergia?
Otro motivo que exponen los que son reacios a las vacunas es considerar que estas provoquen alergias. De hecho, el argumento comenzó a tener fuerza en 1997 cuando aumentaron los casos de alergia.
Esto es completamente falso. Al contrario: las vacunas protegen de las alergias.
Las vacunas han logrado avances importantes como la reducción de la morbilidad y la mortalidad ante enfermedades infecciosas.
Y aunque ninguna vacuna tiene una efectividad del 100 % no es motivo debidamente fundamentado para que haya un movimiento de padres que se nieguen a vacunar a sus hijos.
¿Pueden causar autismo?
En la década de los 90 del siglo pasado un estudio detectó una asociación entre el autismo y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola.
Sin embargo, posteriormente se demostró que la investigación era fraudulenta y que no había razones para suponer tal vinculación.
Diez de los trece autores que firmaron el artículo respectivo se retractaron de sus declaraciones originales.
¿Afectan a una sola persona?
Los que sostienen que la vacuna no debe aplicarse aluden, en todo caso, que dicha elección solo afecta a una persona.
Pues nada más lejano a la realidad: por un fenómeno llamado inmunidad co0lectiva, las vacunas no solo protegen al que se las pone sino que ayudan a mantenerse saludables a otros individuos a su alrededor.
Esto, especialmente involucra a las personas mayores, jóvenes y quienes se someten a quimioterapia.
¿Hay una conspiración de las farmacéuticas?
No falta quien se ampare en que se trata de una conspiración detrás de la que se encuentra una gran firma farmacéutica.
Las vacunas son unas de las sustancias más reguladas que existen,
Aprobar una vacuna puede demorarse entre 10 y 25 años. Inclusive, estando en el mercado se siguen observando.
Tomado de Muy Interesante, Salud en Corto.
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