«Cuando esperamos ciertos comportamientos de otros es probable que actuemos de manera que haga que lo esperado sea más probable de ocurrir».
El efecto Pigmalión: La concreción de las expectativas.
Es el fenómeno mediante el cual las aspiraciones más altas conducen a un mayor rendimiento.
Puede entenderse mejor por un círculo donde nuestras creencias sobre las habilidades de otras personas influyen en las acciones que ejerzamos sobre estos individuos.
Las acciones tienen un impacto acerca de las creencias de los demás sobre sí mismos.
Las creencias sobre sí mismos causan las acciones de los demás a nosotros, lo que nuevamente refuerza nuestras creencias sobre esa persona.
Y así una, y otra, y otra vez.
El efecto Pigmalión: Un ejemplo clarificante
Veamos un ejemplo y comencemos con tus creencias.
Imagina que eres el entrenador de un equipo de baloncesto y observas a tu equipo el primer dìa.
Chris y José son nuevos miembros del grupo. Chris te recuerda a un jugador famoso, José te rememora a un chico molesto de tus años de secundaria.

Inconscientemente, decides qué esperar de cada uno de ellos. Tus creencias influyen en tus acciones.
Cuando Chris entra a la cancha te alegra verlo, cuando juega lo empujas a que haga las cosas mejor, a practicar más fuerte, a quedarse una hora adicional.
Si comete un error le explicas cómo mejorar.
Cuando José entra a jugar apenas lo notas. Te alegra verlo anotar puntos pero no le das mucha retroalimentación y no inviertes tiempo extra en su entrenamiento.
Cuando José comete un error te sientes un poco molesto.
Tus acciones impactan sus creencias sobre ellos mismos.
Chris siente que lo aprecias y él te aprecia a cambio. Él cree en su propio éxito.
José siente que tienes poca paciencia y afecto por él. No cree en su propio éxito.
Sus creencia sobre sí mismos causan sus acciones hacia ti.
Chris encuentra cada vez más alegría jugando y nunca se pierde una sesión de entrenamiento. Durante los juegos él da el cien por ciento todo el tiempo.
José encuentra menos alegría y no da todo su esfuerzo en los partidos. Él comienza a susentarse de las sesiones de entrenamiento a veces.
Lo que refuerza tus creencias sobre ellos.
El efecto Pigmalión: Experimentos en Harvard
El efecto Pigmalión también se conoce como el experimento Rosenthal.
Lleva el nombre de una investigación en la Universidad de Harvard, ejecutada por el psicólogo estadounidense nacido en Alemania Robert Rosenthal.
En un primer estudio desafió a sujetos de prueba a entrenar ratas para completar un laberinto.
A la mitad del grupo se les dijo que sus ratas eran extremadamente inteligentes y específicamente entrenadas.
A la otra mitad se les dijo que sus ratas eran tontas.

De hecho, todas los animales eran iguales.
Durante el experimento, sin embargo, las ratas calificadas como inteligentes se desempeñaron mucho mejor que aquellas tipificadas como tontas.
Esto mostró cómo las expectativas de los entrenadores influyeron incluso en el rendimiento de los roedores.
El efecto Pigmalión: Pruebas entre discípulos
Rosenthal luego estudió el efecto Pigmalión en las escuelas junto con la directora Lenore Jacobson.
Al comienzo del año escolar a un grupo de maestros de primaria se les dijo que algunos de sus nuevos alumnos tenían un talento y un potencial extraordinarios.
Esta información, que era completamente inventada, se proporcionó de manera aleatoria sobre estudiantes promedio en casa clase.
Todos los educandos habían realizado la prueba de coeficiente intelectual de antemano.
Al final de año, los pupilos que se describieron como más talentosos habían aumentado significativamente su rendimiento en las pruebas de coeficiente intelectual.
Esto, en comparación con el resto de la clase.

Conclusiones de Rosenthal
Robert Rosenthal concluyó: «cuando esperamos ciertos comportamientos de otros es probable que actuemos de manera que haga que el comportamiento esperado sea más probable de ocurrir».
El efecto Pigmalión puede tener tanto repercusiones positivas como negativas en nosotros.
Si alguien nos valora o considera que somos capaces de alcanzar metas, estará contribuyendo a que generemos lo que se denomina «creencias potenciadoras».
Esta definición se refiere a creencias positivas sobre nosotros mismos que coadyuvan a que alcancemos los propósitos trazados.
El mismo tiempo, estaremos aumentando nuestro rendimiento.
En cambio, si otros no confían en nuestras habilidades o capacidades ello incidirá en nuestra autoestima y, por supuesto, en nuestra capacidad para conseguir lo deseado.
Así se generarán creencias con carácter limitante.
Es por ello que el gremio docente debe ser especialmente consciente de la influencia generada, asi como los padres con las expectativas que guardan en torno a sus hijos.
Tomado de Sprouts Español.
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