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El chisme agrada pero el chismoso enfada.

Para crear lazos los humanos necesitamos generar confianza. Pero cuando la información se obtiene a través de intermediarios suele generarse distorsión.

Por qué nos gusta el chisme

La murmuración, el rumor, el cotilleo.

¿El chisme es bueno o es malo? ¿Desde cuándo existe? ¿Por qué nos gusta el chisme?

Podemos definir chisme como el «intercambio de información sobre terceros ausentes».

Lo más probable es que l,a palabra chisme provenga del griego skhizma, «separación», porque se supone que puede dividir y enemistar a las personas.

Por qué nos gusta el chisme: El «comadreo»

En inglés se dice gossip y proviene de god sibb, que traduciríamos como «compadre» o «comadre».

¿No es curioso que en español también le llamemos al chisme «comadreo»?

No es casual: en tiempos pasados cuando una mujer daba a luz lo hacía en su casa y solo se permitían mujeres en la habitación: familiares, comadres y la fémina que atendía a la parturienta y al recién nacido: la comadrona.

Y era común que mientras esperaban el alumbramiento todas se pusieron a hablar.

¿Será que las mujeres practican más el chisme que los hombres? La verdad es que aunque asì lo dice el estereotipo, los hombres con tan chismosos como las mujeres.

Solo cambia el estilo: mientras las mujeres lo hacen de manera más detallada, los hombres ofrecen opiniones más generales.

El chisme agrada

El por qué nos gusta el chisme es tan antiguo como el lenguaje

Todo indica que el chisme es tan antiguo como el lenguaje.

El judaísmo considera que hablar mal de alguien a sus espaldas degrada la dignidad tanto de la persona criticada como del chsimoso.

La Biblia dice que «los chismes son como golosinas, pero calan hasta lo más profundo».

En general se considera de manera negativa a las personas que murmuran.

¿Pero, entonces, el chisme sirve de algo?

La mayoría de quienes estudian psicología social y lingüística están de acuerdo: sin el chisme la sociedad prácticamente no habría existido.

El biólogo evolucionista británico Robin Ian MacDonald Dunbar dice que el chisme es fundamental para la cohesión social en grupos grandes.

Por qué nos gusta tanto el chisme: porque genera confianza

Lo que sucede es que para crear lazos los seres humanos necesitamos generar confianza, y mientras nuestro grupo social es pequeño podemos saber cosas de las personas directamente de ellas.

Pero al incrementarse la cantidad de miembros es más práctico saber de los demás a través de intermediarios.

Para Dunbar el acto de chismear es tan importante para los humanos como lo es para los simios el acto de acicalarse y espulgarse.

Quienes comparten chismes forjan lazos de amistad y confianza más fuertes.

En un experimento de la Universidad de Darmouth, en Estados Unidos, se puso a un grupo de personas a realizar un juego en el que el éxito dependía de la confianza.

El chisme agrada

Pero quienes intervenían solo podían interactuar con un número reducido de participantes.

Para saber acerca de la conducta de los demás cada grupo dependía de la información que su grupo cercano le suministraba.

El experimentó mostró cómo el chisme permitía a los jugadores aprender de las experiencias de los demás cuando no era posible la observación directa.

Además, al final, quienes podían charlar entre ellos se sentían más conectados que al principio.

Funciones que cumple

El chisme, entonces, cumple varias funciones.

Es un mecanismo para diseminar información útil, refuerza la moralidad y la rendición de cuentas y es un mecanismo de vigilancia social para ponerle límites a quienes pretende pasarse de la raya.

Construye un sentido de comunidad, con valores e intereses compartidos.

Incluso puede iniciar procesos que ayuden a encontrar pareja gracias al consejo de los demás.

Por eso evolucionamos de manera que el chisme nos agrade: es una conducta que apoya las relaciones sociales que a su vez nos dan soporte como individuos.

Además, propagar y escuchar chismes genera endorfinas que dan una sensación de placer.

Estudios de resonancia magnética del cerebro han revelado que en respuesta al chisme positivo y negativo acerca de nosotros mismos, nuestras amistades e, incluso, de celebridades, se activa la corteza prefrontal.

Esta es la parte que regula nuestra conducta social.

Pero el chisme positivo activa la región orbital, mientras que el negativo la región medial.

El chisme positivo, ese que habla bien de alguien, nos estimula más cuando es sobre nosotros; y el negativo cuando es sobre amigos y celebridades.

Por eso nos encanta oír sobre los escándalos de la gente famosa mientras que las cosas buenas que hacen nos mantienen indiferentes.

Distorsiones

Sin embargo, el chisme no es puro beneficio.

Uno de los problemas más través es que a través del chisme la información suele distorsionarse, ya sea por mala intención.

O simplemente porque cada quien añade exageraciones, omite detalles importantes o hace énfasis en diferentes aspectos.

En resumen: el chisme, por definición, no es confiable. Y puede degenerar en noticias falsas o teorías conspirativas.

Y si el chisme lo practica una persona con mala intención puede lograr lo contrario de la cohesión social: generar horribles ambientes de trabajo y causar depresión y aislamiento a la persona criticada.

Incluso, destruir amistades, empresas y familias.

No se pueden tomar decisiones importantes basándose en los chismes. Siempre es mejor contrastar la información con otras fuentes y de ser posible hablar directamente con la persona involucrada.

Las personas que propagan chismes negativos suelen hacerlo en un esfuerzo por pertenecer, por agradar o incluso por ejercer poder.

Algunos psicólogos afirman que por una carencia de autoestima la persona chismea para sentirse superior.

Pero un estudio demostró que si chismeas demasiado pierdes el agrado de los amigos y es peor si ese chisme es negativo.

Se suele ver al chismoso como alguien poco digno de confianza.

La curiosidad y la comunicación son parte intrínseca del ser humano, y el chisme estimula esas pulsiones.

Pero si vas a decir algo pregúntate como Sócrates: ¿lo que voy a decir es verdadero, es necesario y, sobre todo, procura el bien?

Si no, mejor evita el chisme.

Tomado de Albert Lennon ANC, CuriosaMente.

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