Algunas frases como «escucha tu corazón» o «tengo una corazonada» grafican fielmente este vínculo, en el momento que tiene una persona para adoptar decisiones.
Relación cerebro-corazón. Revisemos si funcionan como un sistema.
¿Cómo se relacionan el cerebro y el corazón?
«Aristóteles creía que pensábamos con el corazón y que el cerebro solo se dedicaba a enfriar la sangre caliente que viene del corazón después de haber pensado».
Así introduce una conferencia sobre el vínculo cerebro-corazón el prestigioso médico argentino Luciano Sposato.
Aclara que el filósofo griego estaba equivocado.
Relación cerebro-corazón: Toma de decisiones
Informa que desde hace una veintena de años estudia básicamente la forma en que el corazón produce enfermedades del cerebro como los ACV, y cómo este produce patologías cardiológicas como las arritmias.
«Eso de que pensamos exclusivamente con el cerebro y que el corazón solo bombea sangre no es tan así».
¿Qué tiene que ver el corazón con tomar decisiones?

«En un estudio de la Universidad de Cambridge se les pidió a personas que intervinieran en un juego en el cual tenían que adoptar decisiones basadas en situaciones simuladas por computadora».
«Tenían dos opciones, una con un resultado favorable y la otra con resultado desfavorable. Se les monitoreaban los latidos cardíacos para ver cómo reaccionaba el corazón antes de tomar la decisión».
«Antes de tomar una decisión que iba a tener un resultado favorable el corazón latía de una forma específica, y totalmente distinta en el caso contrario», revela el neurólogo.
Relación cerebro-corazón: Experimento de interocepción
«Es decir, el corazón sabía antes de que el cerebro estuviera consiente si la decisión que se iba a tomar iba a tener un resultado favorable o desfavorable».
Le pide al auditorio que cierre los ojos y ponga las manos sobre las rodillas. Mientras, que traten de ver si sienten sus latidos cardíacos.
Pregunta quiénes sintieron los latidos a lo cual respondió afirmativamente el 50 % del público.
«Estas personas tienen desarrollada una capacidad que se llama interocepción. Es la capacidad de sentir los mensajes que nos da nuestro cuerpo».
Informa que en la prueba de Cambridge los participantes hicieron lo mismo siendo clasificadas como de buena o mala interocepción.

«Lo más interesante del experimento es que quienes tenían buena interocepción tomaron decisiones favorables más frecuentemente que quienes no tenían buena interocepción».
«La conclusión es que quienes tiene la capacidad de detectar, decodificar y procesar los mensajes que manda el corazón antes de decidir aparentemente podrían tomar mejores decisiones», afirma el galeno.
«¿No les parece que no están tan mal algunas frases como ‘escucha tu corazón’ o ‘tengo una corazonada al momento de decidir?»
Relación cerebro-corazón: Interactuación
«¿Pero cómo hacen el corazón y el cerebro para interactuar al momento de tomar una decisión?»
Indica que hay un área del cerebro que se llama ínsula que es el centro de las investigaciones. Es como una isla que está oculta debajo de la corteza cerebral, conectada con todo el cerebro.
«Es como un aeropuerto a donde llegan y se van todas las conexiones. Pero la ínsula también está conectada con otros órganos como el corazón y el intestino».
«Lo que hay de interesante es que la ínsula es pura neurona y el corazón puro músculo. ¿Cómo hacen para comunicarse? Ambos órganos tienen neuronas».
¿Qué tiene que ver el corazón con enamorarse?
«En otro experimento le pidieron a los voluntarios que trajeran fotos de personas que amaban y de sujetos que les eran indiferentes», describe el profesional de la salud.
Reacciones con los seres amados
«Una resonancia determinaba que con las fotos de los seres amados se activaban áreas relacionadas con el placer y la recompensa, Una de las zonas era la ínsula».
«La ínsula nos permite darnos cuenta de que estamos enamorados. Y por sus conexiones con el cerebro hace que tengamos taquicardia, palpitaciones y la sensación de ‘mariposa’ en el estómago».
Sposato señala que nos enamoramos con el cerebro y no con el corazón.

«Esta conexión puede producir reacciones de salud. «Cuando el Mundial de Fútbol Alemania 2006 se incrementaron los infartos, cuestión que se determinó por registros que se hicieron en Munich».
«En el partido Alemania-Argentina de cuartos de final, que ganaron los germanos en la ronda de penales, se triplicó el número de infartos en la ciudad».
«Aquí vemos cómo algunas emociones que afectan nuestro cerebro hacen que en forma transitiva terminemos teniendo un problema cardíaco», acota el diplomado.
«¿Tenemos que resignarnos a que estamos expuestos a lo que nos somete este sistema complejo corazón-cerebro en cuanto a nuestras emociones?»
El mindfulness
Asevera que los métodos clínicos abren puertas como el denominado mindfulness.
«El mindfulness es una técnica de meditación que nos permite concentrarnos en lo que pasa alrededor, en las emociones, en las sensaciones y en los mensajes de nuestro cuerpo, interocepción».
«En los últimos 10 años aumentaron las publicaciones científicas de mindfulness, investigando cosas como el estrés».
¿Qué situación podríamos usar para comprobar si el mindfulness es útil para combatir el estrés?
«Uno es la guerra. En un centro castrense de California, Estados Unidos, se entrena a los marines antes de ir a una confrontación bélica».
«A varios militares se les sometió a mindfulness y resultaron estar menos estresados que quienes no lo habían hecho».
Notifica que también se les midió una proteína que libera el cerebro en situaciones de extremo estrés. Los marines que habían hecho mindulness tenían niveles muchísimos más bajos que quienes no lo hicieron.
«Entonces, pareciera que gracias a cosas que existen hace mucho tiempo pero que estamos demostrando ahora, tal vez tengamos la posibilidad de disminuir el impacto de algunas emociones sobre el sistema corazón-cerebro».
Tal vez en el futuro se puedan prevenir enfermedades como el ACV o el infarto cardíaco.
«Un buen corazón y un buen cerebro son una combinación formidable, dijo un sabio», son las palabras con las cuales el doctor Luciano Sposato concluye su disertación.
Tomado de TEDx Talks.
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