Los planetas vagabundos podrían albergar vida

En el oscuro océano de un planeta vagabundo la existencia de fumarolas o actividad volcánica podría ser el punto de inicio y la base de ecosistemas complejos.

Los planetas vagabundos podrían albergar vida

Los vagabundos o interestelates viajan solos por el universo.

Habitan el oscuro y vasto espacio entre las estrellas. A la deriva no hay luz que caliente su superficie y están expuestos al gélido frío del espacio exterior.

No conocen las estaciones ni el día y la noche con los cuales percibir el paso del tiempo.

Sin embargo podrían transportar vida alienígena a todos los rincones de la galaxia.

Los planetas vagabundos ¿Cómo funciona un mundo interestelar?

Astros muy diferentes reciben el nombre de planeta interestelar o vagabundo.

Por ejemplo, las subenanas marrones, unas gigantes gaseosas que se forman al colapsar nubes. Las aburridas hermanas pequeñas de las enanas marrones.

Son una especie de estrellas fallidas.

Otros vagabundos interesantes son los terrestres, planetas parecidos al nuestro que fueron expulsados de su sistema.

Los planetas vagabundos

Los sistemas estelares jóvenes son lugares peligrosos en los que los protoplanetas batallan por la masa disponible y engullen todo el material que pueden.

En esta lucha por el dominio colapsan entre sí o se acercan a las respectivas órbitas.

Si un planeta muy masivo mueve su órbita cerca de la estrella puede patear a los planetas pequeños fuera del sistema.

Los planetas vagabundos: Podría haber millones solo en la Vía Láctea

Que un planeta haya sobrevivido a los dolores de su formación no significa que sea seguro.

Un sistema planetario puede padecer en cualquier momento vuelos de reconocimiento de estrellas o agujeros negros.

Hasta la mitad de todos los planetas surgidos puede resultar interestelar.

Es probable que haya un mínimo de miles de millones de planetas vagabundos solo en la Vía Láctea.

La mayoría comparte el mismo deprimente destino. A medida que sus estrellas se alejen la superficie del planeta se enfriará rápidamente a menos 270 celsius.

Los océanos que contuvieran se congelarán y se volverán tan duros como el lecho de roca.

Sus atmósferas pronto se hundirán en la superficie y terminarán por congelarse también.

Pero aunque suene raro algunos de estos desiertos congelados podrían albergar vida.

Los planetas vagabundos: Comparación con la Tierra

Para comprenderlo imaginemos un planeta similar a la Tierra con el mismo orden de magnitud en términos de masa y composiciòn.

Si lo situáramos en el espacio profundo, ¿podría seguir teniendo vida?

De lo que comprendemos de la vida se necesita un ingrediente indispensable: agua liquida.

El agua es importante porque lo mezcla todo, tanto materia como energía y permite que aparezca la química interesante.

Por ejemplo, la vida.

Los planetas vagabundos

Por eso el planeta necesita energía suficiente para que algunos océanos estén lo bastante calientes como para contener agua líquida.

Es un incordio que cerca del 90.97 % de la energía de la Tierra venga del Sol. Por eso nuestra Tierra vagabunda necesita funcionar con el 0.03 % que le queda, que proviene de su núcleo.

Nuestro núcleo

El núcleo interno de la Tierra es una bola gigante casi tan caliente como la superficie del sol, rodeada por un núcleo de metales líquidos que se solidifican muy lentamente y liberan mucho calor.

Mientras dure el proceso nuestro planeta será activo geológicamente, con material sólido y líquido moviéndose y transportando energía a la superficie, donde se podría aprovechar como energía geotérmica.

El núcleo caliente de todos los planetas terminará por enfriarse pero el proceso se extenderá por miles de millones de años, tiempo suficiente para que la vida surja y se desarrolle.

Hay otra forma posible de conservar el calor: las lunas.

Un planeta interestelar que lleve consigo una luna lo suficientemente grande podría inyectar más energía en el sistema con las mareas. Estas fuerzas estiran y contraen el planeta y lo mantienen caliente.

Océanos congelados

Pero el escenario más probable para que un planeta interestelar lleve vida es que presente océanos subglaciares bajo una capa kilométrica.

No son ideas absurdas: algunas ya existen en el sistema solar.

¿Cómo puede mantenerse la vida en el fondo de un océano frío y completamente oscuro

En la tierra, en los abismos oceánicos hay áreas volcánicas activas con unas rejillas de ventilación hidrotermal denominadas fumarolas negras.

Emiten nubes de material negro y agua caliente y proporcionan un flujo constante de minerales.

Las bacterias que se alimentan de los minerales producen materiales orgánicos que atraen crustáceos, bivalvos, caracoles, peces, pulpos y gusanos de hasta dos metros.

En el oscuro océano de un planeta vagabundo la existencia de fumarolas similares o actividad volcánica podría ser el punto de inicio y la base de ecosistemas complejos que solo podemos imaginar.

Condiciones favorables

Un ecosistema en un océano de un planeta interestelar tendría a su favor un entorno extraordinariamente estable.

Protegido de todo tipo de eventos de extinción por las gruesa capa de hielo, prácticamente nada cambiaría mientras llegara energía del núcleo.

Las formas de vida más probables serían bacterias y otros microorganismos. Pero con tiempo suficiente podrían desarrollarse animales complejos que se alimentaran de seres más pequeños.

No es imposible que en tal entorno surja la vida inteligente. Si lo hiciera se hallaría constreñida por un muro de hielo duro por arriba y lecho de roca por abajo.

Nuestros amigos alienígenas inteligentes quizás nunca cruzaran el hielo ni se dieran cuenta de un mundo exterior, y asumirían que no habría nada más allá de su pequeño mundo.

Millones de generaciones podrían vivir en estos océanos oscuros, ignorantes del enorme universo más allá del hielo.

Hasta que el núcleo del planeta se enfriara y se extinguiera toda la vida.

El universo podría rebosar vida atrapada en planetas en los que es básicamente imposible vivir.

Puede que este tipo de mundo atraviese habitualmente el sistema solar y nunca lo sepamos.

Quizá algún día, en un futuro lejano, aterricemos en uno de estos mundos congelados e intentemos decir «hola».

Tomado de En Pocas Palabras Kurzgesagt.

También podría interesarte: Mundos hiceánicos: nuevo tipo de exoplanetas donde podría existir vida.

¿Qué opinas?