A veces no percibimos que nuestros hábitos o conductas son perjudiciales tanto para nosotros como para las personas del entorno.
Con este artículo, conocerás algunas facetas de las personas tóxicas, pero que lo son de manera espontánea.
¿Te has preguntado alguna vez si eres una persona tóxica para los demas?
Si es así, ciertamente estás dando un paso en la dirección correcta.
Porque ser consciente de uno mismo es la primera etapa apara aceptar que cada uno de nosotros y todos los que nos rodean somos imperfectos.
Y ocurre que a veces no nos damos cuenta de que nuestros hábitos o conductas son perjudiciales tanto para nosotros como para nuestros seres queridos.
Así que siempre será beneficioso y liberador reflexionar al respecto e intentar reducir estos comportamientos.
Para ayudarte en ese camino veamos señales de que podrías ser una persona tóxica involuntariamente, sin mala intención.
Personas tóxicas sin mala intención: Haces muchas más promesas de las que puedes cumplir
¿Tienes la costumbre de prometer muchas cosas?
Cosas como «te prometo que no le diré a nadie tu secreto». Pero luego acabas soltándolo más tarde.
Si tienes a prometer de más y a cumplir de menos, puede que no te des cuenta de que estás siendo tóxico sin proponértelo.
Por lo general, prometer en exceso obedece a nuestro deseo de caer bien o ser aceptados.
Pero esto puede dañar tus relaciones e incluso tu reputación.
Para romper con este hábito ayudaría que intentaras detenerte un momento antes de prometer algo.
Piensa si serás realmente capaz de cumplirlo. Y cuáles son las consecuencias si no lo haces.
Al identificar estas cosas, sabrás la carga que asumes con esa promesa. Si te resulta excesiva, sé directo y comunicativo sobre tus límites.
Entenderán tu postura siempre que seas claro al respecto.
Personas tóxicas sin mala intención: Utilizas la lástima para conseguir lo que quieres
¿Utilizas la lástima o la culpa para condicionar a otras personas?
Diciendo cosas como «me agota tener que hacer yo todo en esta casa. Si alguien pudiera ayudarme con los platos seria genial.
O tal vez «hace mucho que no tengo tiempo para mí y todavía me queda estar de guardia esta noche».
Con estas y otras expresiones le pasas a los demás la pelota para que hagan lo que quieren por compasión con tu situación.
Estas acciones con una forma de manipulación y habitualmente se deben a que no sabes pedir ayuda de manera directa.
Probablemente no seas una persona acostumbrada a abrirse ante los demás. Pero esto puede llevar a que los otros te vean como alguien egoísta o un auténtico manipulador.
Es conveniente saber cuándo pedir ayuda directamente. La gente lo entenderá. Además. cuando pides ayuda demuestras tu confianza.
Intenta ser una persona respetuosa y considerada, pero a la vez lo suficientemente directa como para que se entienda tu punto de vista.
No tengas miedo de aceptar ayuda y ten generosidad para darla.
Personas tóxicas sin mala intención… Siempre están a la defensiva
¿Notas que constantemente culpas a las personas o a los factores externos por lo que te ocurre?
Culpar es siempre una salida fácil.
Hacemos responsable a a alguien o algo en lugar de asumir nuestra responsabilidad.
Puede que te sientas inclinado a hacerlo porque quieres demostrar que tienes razón, hasta el punto de victimizarte.
Pero a veces tener la razón no soluciona la situación.
Para empezar pregúntate cuál es realmente el problema y qué puedes hacer para resolverlo.
Intenta pensar en equipo en lugar de señalar los defectos individuales. Cualquier situación siempre tendrá varias caras y diferentes perspectivas.
Así que la próxima vez que te encuentres en esta situación,. intenta preguntarte cómo puedes ser mejor.
Al hacerlo, estarás asumiendo parte de la culpa y trabajando para encontrar un remedio mejor.
Personas tóxicas sin mala intención: Eres demasiado sensible
¿Sientes que necesitas tener una respuesta para todo?
Cuando eres demasiado sensible puedes convencerte de que todo el mundo está en tu contra, o que lo dicen es una confrontación a tu existencia o creencias.
Ser demasiado sensible puede estar causado por una baja autoestima, que te hace sentir que tienes que estar constantemente defendiéndote ante los demás.
Esto suele ser consecuencia de una educación infantil dura. Si te ridiculizaban constantemente por cosas que no controlabas, lo más probable es que hayas crecido con inseguridades y dudas.
Para intentar superar esta sensibilidad excesiva, es necesario ser consciente de uno mismo.
Reconoce tus tendencias e intenta no enfrentarlas en exceso sino acomodarlas en tu proyecto de vida.
Practica el autocuidado y date algún capricho si lo necesitas.
Identifica qué partes de ti te gustan y céntrate en ellas.
Y una vez que tengas una visión sana de tu propia persona y de tu identidad, verás cómo eres perfectamente capaz de encogerte de hombros ante las opiniones de los demás.
Personas tóxicas sin mala intención: Eres excesivamente pesimista
¿Eres el tipo de persona que siempre espera el peor resultado?
Pongamos por caso que alguien te hace un cumplido. ¿Aprecias simplemente el gesto o piensas que hay algo oculto en ello?
Ser pesimista significa que siempre ves el lado negativo de las cosas.
Y cuando otras personas están constantemente sometidas a esta energía cínica, pueden termina pensando que no quieres otra cosa que aguarles el ánimo.
Puede que seas pesimista como una manera de intentar ser práctico y realista, pero ten cuenta que a veces es bueno soltarse y divertirse.
Además, ser demasiado negativo puede provocar estrés, ansiedad y depresión.
Siempre hay mejores formas de enfocar las situaciones que ser completamente pesimista.
Po todo ello, en lo sucesivo trata de analizar primero las cosas en tu cabeza antes de decirlas en voz alta.
Desarrollar una mentalidad positiva es un esfuerzo consciente Por lo que busca soluciones en lugar de problemas potenciales. Así, no te regodearás en lo malo.
Y por supuesto, siempre es mejor rodearse de personas comprensivas y optimistas que te apoyen.
Dependes de los demás para que te validen
Cuando estás demasiado pendiente de las opiniones de los demás hasta el punto de que haces girar tu vida en torno a lo que ellos dicen, puede que no te des cuenta de que estás siendo tóxico.
Y no precisamente para ellos, sino para ti mismo.
Tu cuerpo, tu personalidad, tus habilidades, cada parte de ti es hermosa. Cada parte de ti es importante.
Pero si necesitas que otras personas lo digan para sentirte validado, es posible que te enfrentes a inseguridades provocadas por una baja autoestima.
Siu llegas al punto en que te das cuenta de que confías más en las opiniones de los demás que en las tuyas propias, intenta dar un paso atrás y examinar por qué te sientes así.
¿Es porque quieres sentirte aceptado?¿Tu propia opinión no es suficiente en este asunto?
¿Por qué crees que es así?
Ve dando pequeños pasos conscientes para ser más feliz y depender menos de la validación exterior.
Verás cómo mejora mucho tu vida.
Recuerda que no eres una mala persona si te sientes identificado por estas señales. De hecho, ya estás en el buen camino por querer informarte sobre todo esto.
Tomado de Sapiencia Práctica.
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Sería excelente!!!! que revisaran mejor la escritura de sus artículos,lo veo ya con mucha frecuencia,se les a comentado,pero no corrigen nada,que está pasando ????