Por Katty Salerno
Euler Guillén regresó al país. Durante poco más de cuatro años, el Showman de Venezuela, como lo bautizó Guillermo «Fantástico» González, vivió en República Dominicana, donde tuvo excelentes oportunidades de hacer lo que más le gusta y mejor sabe hacer este cantante, compositor, arreglista, multinstrumentista, imitador y humorista venezolano.
Igual que millones de compatriotas, salió a tomar una bocanada de aire que le permitiera sobrevivir a este mar tormentoso —tan diferente al mar de la felicidad que nos prometieron— en que nos hemos estado ahogando desde hace dos décadas. En República Dominicana le fue muy bien desde el punto de vista profesional; sin embargo, en la conversación que tuvimos con él una de estas tardes nos quedó la impresión de que contaba los días que estuvo lejos del país y, especialmente, de su familia.
Como hombre multifacético, a Euler Guillén no le resulta difícil combinar sus dotes musicales y humorísticos con la fe cristiana que practica. «Dios es el que me provee de trabajo. Cuando no tengo, cuando no tengo con qué pagar las cuentas, lo invoco y le pido que me ayude y Él inmediatamente me manda trabajo. Y mi trabajo es ese, cantar, amenizar fiestas, echar chistes, hacer reír a la gente. Mi trabajo es dar felicidad a las personas”, nos dijo en esta entrevista exclusiva con Curadas.com.
La música la lleva en los genes, pero no se conformó con eso. Estudió música y piano en el conservatorio Juan José Landaeta y posteriormente con el reconocido jazzista Gerry Weil. A comienzos de los noventa, siendo apenas un adolescente, comenzó a darse a conocer en centros nocturnos de la capital. A mediados de esa misma década debutó con el grupo Fronteras, donde destacó como guitarrista, pianista y bajista.
Un ejemplo del gran talento artístico de Euler Guillén lo constituye su disco Larga espera, lanzado en 2010, de cuyos temas fue compositor, arreglista, vocalista e intérprete de casi todos los instrumentos. Por iniciativa de la Academia Latina de la Grabación, fue preseleccionado a los Premios Grammy Latino de 2011 en las categorías artista revelación, álbum del año, mejor álbum vocal pop masculino y mejor álbum cantautor.
Desde que volvió a Venezuela no ha parado de trabajar. Para él, que sigue siendo de oposición, es un síntoma de que las cosas han cambiado desde el 20 de marzo de 2018, cuando decidió probar suerte en República Dominicana. En el país caribeño le fue muy bien y, lo mejor, lo trataron muy bien, y por eso guarda en su corazón una enorme gratitud y cariño por los dominicanos.
¿Por qué regresaste? ¿Eres de los que piensan que Venezuela se arregló?
Regresé porque estaba muy solo en República Dominicana, sin mi familia. Empiezan a pasar los años y llega un momento en que te pones a pensar en que tu mamá y tu papá están envejeciendo y te preocupa que tal vez no los vuelvas a ver.
Venezuela no se ha arreglado, pero sí está mejor que cuando yo me fui. ¡Está bastante mejor que cuando me fui! Yo siempre he sido muy opositor, pero me he dado cuenta de que la gente decidió avanzar sin pensar más ni en la oposición ni en el gobierno. Decidió avanzar, trabajar y poner de su parte para sacar al país adelante. También hay muchos inversionistas extranjeros aquí. Hay españoles, árabes y chinos invirtiendo aquí. ¡Y no todo es lavado, eh! Eso genera fuentes de trabajo y por supuesto hace que el país mejore. Nos guste o no nos guste, mejora.
¿Tú también decidiste echarle pichón, más allá de lo político?
Así es, decidí salir adelante. No me importa absolutamente nada. Lo único que quiero es trabajar y echar para adelante por mi familia. Que los políticos arreglen ellos su problema. Yo veo un país con mucha gente haciendo sus emprendimientos. Gente que está haciendo pizzas, hamburguesas, perros calientes, cachapas… Haciendo de todo y sacando su vida adelante. Yo pienso hacer lo mismo.
Desde que llegué no he parado de trabajar. Gracias a Dios he tenido mucho trabajo. Estoy haciendo el programa Venga quien venga, animado por Wilmer Ramírez, que sale los sábados a las 9 de la noche en Venevisión. El estreno fue el 26 de noviembre pasado. Se han abierto muchas puertas, gracias a Dios.
¿Es decir que cuando decidiste regresar no tenías nada concreto en cuanto a trabajo, sino que todo se ha dado después de que llegaste?
Así es. Cuando llegué y la gente se enteró que estaba aquí, empezaron a llamarme. «Mira, para una fiesta tal día». «Mira, tengo un evento». «Tenemos un show en tal fecha». Ayer mismo, que fue lunes, tuve dos fiestas. Ahí es donde uno se empieza a dar cuenta de cómo está el país. Es más, si yo hubiera sabido esto, me hubiera venido antes (risas).
¿Cuánto tiempo estuviste en República Dominicana?
Me fui el 20 de marzo de 2018 y regresé el 3 de julio de este año.
¿Y regresaste a tu casa en El Hatillo?
A la misma, en la calle Don Pedro, en la carretera La Unión. El hecho de estar con la familia no tiene precio. Estoy muy feliz de estar de nuevo con ellos.
Has contado que fue con tu familia que descubriste tus talentos musicales. ¿Cómo fue eso?
Mi abuela materna, Lolita Trujillo, era compositora; tenía un gran don para componer. Mi tía Orquídea Núñez, que en paz descanse, porque también murió, de cáncer, me indujo hacia el mundo de la música. Cuando yo era muchachito, ella tenía un grupo que se llamaba Luciérnaga. Entonces, claro, escuchar al grupo; escucharla a ella cantar, escuchar cómo componía mi abuela… todo eso me motivó a dedicarme también a la música.
O sea que la vena musical te viene por el lado materno…
Y la humorística me viene por el lado paterno. Mi papá es un gran humorista, muy buen humorista. Todo el tiempo está echando chistes, todo el tiempo esté en una sola broma, es demasiado creativo.
También has dicho que el grupo The Beatles te ha influenciado mucho. ¿Cómo se manifiesta esa influencia?
Bueno, más que todo en mis composiciones. Me gusta mucho componer al estilo de ellos. También he admirado toda la vida el estilo de Ilan Chester. Hay muchos artistas que pasaron por mi vida y que me han enseñado muchas formas de trabajar. Luis Miguel, Camilo Sesto, Juan Gabriel. Todos ellos me motivan a crear, a hacer composiciones, a hacer un trabajo bonito.
Decidiste regresar a pesar de que en República Dominicana te iba muy bien.
¡Me fue excelente! En este momento me siento expatriado nuevamente porque ese país ya forma parte de mi vida también. Y es una parte a la que amo profundamente. El dominicano es gente maravillosa, es buena gente, es increíble cómo nos están ayudando a los venezolanos. ¡Cero xenofobia! Ellos son muy especiales con nosotros. Y aparte de eso, nos dieron la oportunidad para que pudiéramos estar legalmente y que pudiéramos trabajar, abrir cuentas bancarias… hacer de todo. Ese es un país al que amo profundamente, lo digo de verdad.
Allá trabajé dando clases de piano, guitarra y canto y, aparte de eso, cantando en los mejores hoteles, entre ellos el Hard Rock y el Iberostar Punta Cana, que son de los más lujosos y más hermosos de Punta Cana. Hacíamos espectáculos con bandas y bailarines. Era muy bello actuar allí.
¿Y tu talento como creador también lo pudiste desarrollar allá?
No, porque allá no tenía estudio. Comía, pero no podía crear porque no tenía estudio de grabación. El estudio lo tengo acá, por eso al llegar a Venezuela me puse de nuevo a componer y a hacer arreglos musicales. Allá, más que todo, estaba trabajando para el día a día, para pagar el alquiler, para poder pagar los servicios, que son mucho más caros que en Venezuela. El precio de la gasolina es el doble de lo que cuesta acá. Todo eso hace que tú te preocupes más por facturar, que por crear.
Tengo entendido que hasta trabajaste en el sector inmobiliario…
Sí, en la época de la pandemia porque en ese momento no podía cantar en ninguna parte, entonces tuve que hacer algo diferente. Unos dominicanos maravillosos me dieron esa oportunidad y fue genial porque pude vender algunas casas y apartamentos. Eso me permitió mantenerme durante la pandemia, que fue una época muy dura para tooodos los músicos en el mundo entero. Luego de que se reabrió el sector turístico, a comienzos de este año, volví a trabajar en lo que me más gusta, que es la música.
¿Dirías que estás en una nueva etapa profesional?
Todo artista tiene renovarse constantemente. Cada nuevo año, uno tiene que planificar, tiene que reinventarse, es algo que uno nunca debe dejar de hacerlo. El día que dejas de planificar, de reinventarte, hasta ese día llegas. Por lo pronto, voy a grabar un tema a dúo con Luis Fernando Borja, un proyecto que tenemos pautado desde hace varios meses. Vamos a grabarlo en febrero y el lanzamiento será con videoclip y todo. Hay varias cosas que estaré haciendo durante este venidero 2023.
Lea también: Gerardo Vera: «Mi carrera como nadador marcó mi vida»
Has tenido momentos difíciles en tu carrera. Hubo un contrato con Sonográfica que no se cumplió; un tema que grabaste con Hany Kauam que no se lanzó por la posición política que él asumió. Ante las adversidades, ¿nunca te sentiste derrotado? ¿Nunca pensaste en tirar la toalla?
No, nunca. Los golpes que he recibido me han servido para fortalecerme; para aprender y ponerme nuevamente de pie y seguir adelante con la mayor humildad, porque siempre he sido muy humilde. Nunca me he creído superior a nadie. Todo lo contrario. Siempre me he considerado tan igual como cualquier ser humano y como cualquier artista, porque uno nunca sabe en qué momento puede llegar ese artista que puede tener mucho más talento que tú. Por eso siempre conservo la humildad. Además, como buen cristiano, siempre he tratado de mantener mi humildad ante Dios, primeramente.
¿Por qué te hiciste cristiano?
Mi hermana es pastora y mi cuñado también es pastor. Mi tía Orquídea también se inclinaba al cristianismo. Nuestra familia era católica, pero luego nos convertimos a la fe cristiana. Y aunque dedico mi vida a Dios, también me dedico a componerle al amor. Compongo canciones a Dios y al amor. Algo parecido a lo que hace Juan Luis Guerra. Sigo mi vida como cualquier otro en la Tierra, pero siempre con Dios por delante. Hay personas que se dedican completamente al Señor, como el caso de mi amigo Reinaldo Álvarez, que es un tremendo cantante y ahora dedicó su vida toda al Señor y ya no canta. Yo me dedico al Él, pero también hago mi trabajo como cantante y humorista, como compositor y arreglista.
¿No es difícil ser cristiano y desenvolverte, al mismo tiempo, en el ambiente artístico?
No, no es difícil. Él es el que me provee de trabajo. Cuando no tengo con qué pagar las cuentas, lo invoco y le pido que me ayude e inmediatamente me manda trabajo. Y mi trabajo es ese, cantar, amenizar fiestas, echar chistes, hacer reír a la gente. Mi trabajo es dar felicidad a otras personas.
¿A qué iglesia vas?
Normalmente me congrego en la Comunidad Cristiana Emmanuel, en El Hatillo. Esa es la iglesia de mi hermana.
¿Cuál es la experiencia más valiosa que te dejó haber sido migrante?
Lo más valioso fue haber aprendido a sobrevivir. A resolver los problemas, a cumplir con mis deudas, todo lo que uno debe enfrentar cuando vive solo. Creo que te genera una gran madurez como ser humano el no vivir al amparo de tus padres, sino aprender a que tienes que echarle un camión para poder mantenerte, para poder llevar una vida relativamente buena, decente, normal. Eso fue lo que aprendí en República Dominicana y por eso le doy las gracias a ese país. Estoy muy agradecido con ellos, de verdad.


