Hannah Arendt: lo que pocos conocen de su paso por España

La pensadora alemana Hannah Arendt huyó de los nazis pasando por la península ibérica, aunque apenas escribió sobre aquella experiencia

Hannah Arendt, una gran filósofa y escritora, ha sido objeto de diversas biografías y representaciones cinematográficas. Sin embargo, un episodio poco conocido de su vida es su huida de la Francia de Vichy en el año 1941.

A pesar de que ha sido relatado por algunos biógrafos, la mayoría de ellos no ha profundizado en su travesía por España. Se trata específicamente, a la frontera española de Portbou. En ese momento, Hannah Arendt se encontraba en peligro. Esto se debía a su origen judío-alemán y a su falta de registro ante las nuevas autoridades de la Francia controlada por los nazis.

A pesar de las dificultades, Hannah y su segundo marido, Heinrich Blücher, lograron llegar a su destino, Lisboa. Su travesía estuvo compuesta por varios enlaces consecutivos: Portbou, Barcelona, Zaragoza, Madrid y Cáceres-estación de Valencia de Alcántara.

Sin embargo, los billetes de cada trayecto solo podían adquirirse en la estación de partida y la frecuencia del tráfico ferroviario era baja e irregular. Eso significaba esperas forzosas en las sucesivas estaciones de varios días. A pesar de todo, Hannah Arendt tenía una actitud positiva. Disfrutó de su breve estancia en Portbou, visitando el impresionante cementerio marino y admirando su belleza.

Hannah Arendt

En su maleta, Hannah Arendt llevaba la Tesis de Filosofía de la Historia; el manuscrito de su amigo Walter Benjamin, quien no logró escapar de la Francia de Vichy y murió en Portbou. A pesar de que había enviado otra copia del manuscrito a Jerusalén, Hannah estaba preocupada por su destino debido a los peligros que implicaba la guerra mundial en curso

En resumen, la travesía de Hannah Arendt por España en 1941 fue una experiencia difícil y peligrosa. Ella mantuvo una actitud positiva y logró llegar a su destino. Su breve estancia en Portbou fue una experiencia hermosa y memorable. Viaje por España: un reto superado hacia la libertad.

El tránsito por España fue una etapa crucial en la larga huida de los judíos perseguidos por la cruz gamada durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de los riesgos que implicaba, España se convirtió en un paso imprescindible para alcanzar la tan ansiada libertad. Aunque las condiciones para los refugiados en tránsito no eran las mejores, gracias a la ayuda ocasional de la Cruz Roja y a la perseverancia de las personas afectadas, se logró superar este desafío.

La política de España hacia los migrantes y refugiados en tránsito no era la más favorable. Pero gracias a testimonios recogidos por Jacobo Israel Garzón y Alejandro Baer, podemos enriquecer nuestra comprensión de la situación.

En las fronteras se interrogaba a los viajeros acerca de su religión y se registraba en el formulario de entrada. En algunos casos resultaba en el rechazo del individuo o del grupo de viajeros. A pesar de tener la documentación en regla, se producía un penoso peregrinaje de vuelta, con pernoctas en calabozos, hasta llegar a Madrid, donde se había habilitado una cárcel para extranjeros con problemas de pasaporte o delitos de no-declaración de divisas. Sin embargo, a pesar de las dificultades, muchas personas lograron superar estos obstáculos y seguir adelante.

A pesar de la miseria que se podía observar en las estaciones y en las calles de España, con multitudes de niños mendigando y mutilados de guerra ejerciendo de limpiabotas o vendiendo lotería, los viajeros judíos seguían adelante, impulsados por la esperanza de alcanzar la libertad.

Este viaje no fue fácil, pero como dijo Hannah Arendt en su carta a su amigo Salomon Adler-Rudel en Londres, en comparación con lo que habían vivido anteriormente, apenas se sintieron molestados. Hoy, recordamos esta historia como un ejemplo de perseverancia y determinación, y como una muestra de que siempre hay esperanza, incluso en los momentos más oscuros.

El invierno de 1940-1941: una oportunidad de gozo en medio de la posguerra

A pesar de las terribles circunstancias, el invierno de 1940-1941 ofreció una singular posibilidad de gozo para algunos, como lo demuestran varios testimonios. Las horas pasadas en el Museo del Prado, a solo 20 minutos de la estación de Delicias, fueron un verdadero oasis en medio del deprimente panorama de la posguerra, donde la hambruna era inminente y la devastación de las ciudades españolas, especialmente Madrid, era patente.

Una mirada sin prejuicios a la guerra civil española y al régimen de Franco

Aunque no se puede confirmar si Hannah Arendt tuvo la oportunidad de contemplar Las meninas o El perro de Goya en el Museo del Prado, sí se sabe que en artículos de la década de los cuarenta y en su obra Los orígenes del totalitarismo (1951), la pensadora judía hizo una serie de lúcidas referencias a la guerra civil española y al régimen del general Franco. Estas alusiones reflejan su singular vocación por comprender sin prejuicios. A pesar de ello, estas referencias a menudo han pasado desapercibidas para los estudiosos.

En resumen, aunque el invierno de 1940-1941 fue un periodo dramático y difícil en la posguerra, hubo momentos de gozo y esperanza en medio de la adversidad, como la posibilidad de visitar el Museo del Prado. Además, la obra de Hannah Arendt demuestra una mirada perspicaz y sin prejuicios hacia la guerra civil española y el régimen de Franco.

¿Te gustó el artículo? Tenemos mucho más para ti. Únete a Curadas haciendo clic en este enlace

Fuente NOTICIAS POSITIVAS

¿Qué opinas?