El misterio relacionado a un faro

En la isla de Eilean Mòr, se construyó entre los años 1896 y 1899 un faro de veintitrés metros de altura. Su principal función era guiar a los barcos que se dirigían hacia el cabo Wrath y el estrecho de Pentland Firthque. DrossRotzan nos habla del misterio del faro

En un interesante video, conocerás el misterio relacionado a un faro. Se ubica en la isla de Eilean Mòr, en la costa occidental de Escocia.

El misterio relacionado a un faro – Créditos al canal DrossRotzank en YouTube
El misterio relacionado con un faro
El misterio relacionado a un faro

Las islas Flannan conforman un pequeño archipiélago, compuesto por siete islas pertenecientes a las Hébridas Exteriores, en la costa occidental de Escocia, Reino Unido. Están a aproximadamente treinta kilómetros al oeste de la isla de Lewis, su litoral más cercano.

En la más grande de ellas, la isla de Eilean Mòr, se construyó, entre los años 1896 y 1899, un faro de veintitrés metros de altura. Elevado en aquella verde cima, de 45 metros de altitud, su lámpara, que generaba una luz de casi cien mil candelas de intensidad, se veía a 30 km a la redonda.

Su principal función era guiar a los barcos que se dirigían hacia el cabo Wrath y el estrecho de Pentland Firthque. La inauguración del faro fue el 7 de diciembre de 1899, comenzando así su largo servicio.

En la misma isla, también se construyó una pequeña capilla dedicada a San Flannan, de la que hoy día no quedan más que las ruinas, un embarcadero, escaleras y una pequeña vía férrea. Todas estas estructuras iban destinadas a subir hasta el faro las cajas con los víveres, medicamentos y demás enseres necesarios para la subsistencia en aquel alejado lugar.

Los cuidados y mantenimiento del faro estaban a cargo de cuatro hombres, pero solo tres de ellos permanecían en la isla, de modo que el cuarto de ellos iba rotando y relevando al resto del equipo; así, quedaban siempre tres de ellos en la isla y uno en tierra firme.

El misterio relacionado con un faro
El misterio más escalofriante de la historia – Fareros de la isla de Eilean Mòr: De izquierda a derecha: Donald McArthur, Thomas Marshall, James Ducat y Robert Muirhead.

En las navidades de 1900 se encontraban en la isla James Ducat, como farero principal, Thomas Marshall, como primer ayudante y Donald McArthur, como segundo ayudante; todos ellos, hombres con varios años de experiencia. McArthur ocupaba el puesto de otro guardián, William Ross, que fue dado de baja por enfermedad.

En tierra se encontraba el cuarto y último hombre del equipo, que también estaba al cargo de otros faros de Escocia: Joseph Moore.

Los fareros se ocupaban del mantenimiento de las piezas mecánicas y de la limpieza de las lentes diariamente. Mientras permanecían al cuidado por largos meses, su único sistema de comunicación con el resto del mundo era el barco que aprovisionaba a la isla y un rudimentario sistema de banderas de colores que, en los días despejados, eran visibles desde las costas más cercanas con la ayuda de un catalejo o prismáticos.

El 15 de diciembre de 1900, poco más de un año después de su inauguración, el capitán Holman, del vapor S.S. Archtor, un vapor estadounidense que viajaba de Philadelphia a Leith, se sorprendió junto a su tripulación de ver que el faro de las Flannan estaba apagado pese a que ya había oscurecido; la falta de luz hacia que la enorme isla se fusionaba con un horizonte casi imperceptible.

Tres días después, del 18 al 19 de diciembre, cuando hubo llegado a puerto, no tardó en enviar un mensaje a su naviera, la Cosmopolitan Line Steamers, para que advirtieran estos a la Northern Lighthouse Board, la sociedad pública encargada de gestionar los faros de Escocia y la isla de Man. Tiempo después se supo que dicho aviso nunca llegó a producirse.

El 20 de diciembre estaba prevista la llegada del Hesperus, el barco que llevaría provisiones y el relevo al faro, no obstante, tuvo que retrasarse hasta el 26 por las malas condiciones meteorológicas. A su capitán, James Harvie, le extrañó ver que la bandera de bienvenida no había sido izada y que nadie venía a recibirlos como era de esperar.

Creyó que los guardianes no los habían visto venir, por eso hizo sonar el potente silbato del barco para llamar la atención y lanzó una bengala; aun así, nadie acudió. Tras aquel imprevisto, Joseph Moore, que iba a relevar a uno de los fareros, decidió echar un bote al agua y remar hasta la isla para averiguar qué sucedía.

Joseph Moore consiguió tomar tierra con cierta dificultad. Y quedó muy impresionado al desembarcar y ver los desperfectos que allí se presentaban; muy probablemente ocasionados por la tempestad de los días anteriores.

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