“Son graves las denuncias de que hay fosas comunes en San Antonio, Ureña, Boca de Grita, La Fría y San Cristóbal, con más de 200 cadáveres que fueron trasladados a este territorio, o que pudieron ser allí asesinados, mayoritariamente colombianos, pero no descartamos que haya venezolanos».
La advertencia la hizo Walter Márquez, exdiputado de la Asamblea Nacional, quien pidió a las autoridades de Colombia y Venezuela tomar en cuenta las declaraciones del exparamilitar Salvatore Mancuso e investigar el tema de las fosas comunes que hay en la frontera entre ambos países, producto del conflicto armado del país vecino.
«Si sumamos a unos 300 desaparecidos que manejan ONG venezolanas de la época de las trochas, con la presencia del hampa común, de disidentes de las Farc y los elenos, del Tren de Aragua, todo eso puede sumar más de 500 víctimas de desaparecidos forzosos, que además de ser un crimen de lesa humanidad, es una gravísima violación de los derechos humanos que amerita una inmediata investigación y una respuesta para los familiares de las víctimas”, expresó Márquez según reseña una nota de prensa.
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Tras la denuncia de Mancuso, los gobiernos de Colombia y Venezuela acordaron establecer «mecanismos institucionales rápidos y eficientes» para localizar los restos mortales de las víctimas del conflicto armado colombiano en la zona fronteriza.
Salvatore Mancuso, quien está cumpliendo una condena por narcotráfico en Estados Unidos, hizo estas revelaciones durante una audiencia virtual ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde explicó que decidieron «destruir el horno» en el que el Frente Fronteras, una unidad del Bloque Catatumbo de las AUC, incineraba a sus víctimas.
Con información de nota de prensa y Tal Cual