Venezuela nunca «se arregló», por lo menos eso es lo que se evidencia luego de los resultados de su economía en estos cuatro primeros meses de 2023. Analistas consultados sostienen que factores muy débiles generaron una cierta mejora en varios aspectos macroeconómicos, pero nunca obedeció a un plan integral de recuperación sostenida.
El avance de la dolarización, la apertura de cientos de bodegones con venta de productos importados, la inauguración de restaurantes, la construcción de edificios de oficinas, la presencia de mayores productos en los anaqueles alejando el fantasma de la escasez, la salida de la hiperinflación y una mejor productividad, hizo que se experimentara en el país una percepción de mejora. Sin embargo, dos años después, todo parece haberse topado con un techo.
Un ejemplo de ello es el desarrollo del sector de restaurantes. De acuerdo a la Cámara Nacional de Restaurantes (Canares) en 2022 abrieron sus puertas unos 200 locales con oferta de 70 puestos en Caracas, Maracay, Valencia, Maracaibo, Lechería y en todo el estado Nueva Esparta. No obstante, el presidente del gremio, Iván Puerta, presidente del gremio sostuvo que 60% de ellos cerrarán en 2023 por diversas razones y en especial por el desconocimiento del negocio.
«El sector gastronómico ha crecido mucho, pero no todos tienen la capacidad de abrir un restaurante de 80 puestos, porque se requiere una importante inversión. Los nuevos conceptos atrajeron a muchos clientes, pero el consumo y las ventas no se han recuperado del todo. No hay tanta gente para llenar los restaurantes al mismo tiempo», dijo.
Mientras que la cifra de bodegones bajó a 405 en todo el país en 2022, en comparación a los 486 que mantuvieron sus puertas abiertas en 2021. También hubo un cierre de los locales dedicados a la venta de bebidas alcohólicas (licorerías) al pasar de 13.429 a 11.415 en el mismo período.
Las últimas cifras oficiales del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), si bien señalan que hubo una desaceleración en los precios, aún muestra una tasa anualizada de tres dígitos al cerrar abril en 436,3%. Sólo en enero de este año, hubo una importante variación de 42,1%, la más alta de los últimos dos años.
Estas cifras son cercanas a las divulgadas por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un organismo independiente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional electa en 2015 que monitorea la economía del país. El OVF reportó una inflación de 471,24% en los últimos 12 meses, mientras que en enero de 2023 también registró la mayor variación de los últimos 23 meses con 39,4%.
Para Tamara Herrera, directora de la Consultora Síntesis Financiera, «no hay precedentes» en la historia económica en la cual se utiliza un programa de instrumentos de control monetario severo, que quitan oxígeno a la economía y, que con los cinco años de implementado, todavía el país tiene una muy alta inflación.
«Es decir, se tiene un proceso sumamente lento de salida de alta inflación con una carga recesiva muy relevante», afirmó.
Pero más preocupante aún, es el resultado de los precios en dólares, los cuales de acuerdo a estimaciones de la consultora Ecoanalítica aumentaron 50% en el último año.
«Dadas estas circunstancias, resulta extremadamente complicado mantener un incremento sostenido en el consumo. Es evidente que nos encontramos en un entorno desfavorable, sin embargo, las empresas deben dar prioridad a la eficiencia en sus procesos y a un estricto control de costos y gastos», dijo Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
Es precisamente el consumo de los venezolanos el que más se ha visto impactado durante este período. Datos de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios de Venezuela (ANSA) señalan que en los primeros meses de 2023, el crecimiento del número de unidades vendidas fue tímido. Las cifras destacan que las ventas en abril aumentaron 4% con respecto a abril de 2022, mientras que en comparación a marzo de 2023 subieron apenas 2%.
En lo que respecta al consumo de productos básicos como harina de maíz y de trigo, pasta alimenticia, arroz, sardina, azúcar y aceite, en abril de este año, apenas creció 1% versus el mes anterior. Mientras que la compra de productos lácteos (fórmula o leche infantil, leche corta y de larga duración, leche en polvo, leche condensada y yogurt) hubo una disminución de 2%.
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