El 1 de julio de 1916 el Reino Unido se lanzó al asalto contra las trincheras alemanas en la batalla del Somme, y durante los cinco meses siguientes sus soldados sufrieron, resultaron heridos y murieron
Considerada una de las más sangrientas batallas de la Primera Guerra Mundial y el peor desastre del ejército británico, la batalla de Somme ha dejado una huella tanto en lo histórico como en lo extraño, lo cruel y lo perverso. Acompañe a Relatos del lado oscuro en este video sobre tales relatos.
La batalla del Somme fue una de las batallas más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Las fuerzas británicas y francesas intentaron romper las líneas alemanas en el norte de Francia. El principal propósito era distraer a las tropas alemanas de la batalla de Verdún; sin embargo, las bajas del Somme terminaron siendo superiores a las de esta última.
La batalla es recordada principalmente por su primer día, en el que los británicos sufrieron 57.740 bajas, de las cuales 19.240 fueron mortales. Constituye la batalla más sangrienta en la historia del ejército británico.
Igualmente terrible fue la batalla para el ejército alemán, descrita por uno de sus oficiales como «la tumba de barro del ejército en campaña». Cuando acabó la batalla, ambos bandos habían comprobado hasta qué punto podía ser mortífera la guerra moderna. La importancia del Somme queda reflejada en las palabras del oficial e historiador británico James Edmonds:
«No es demasiado arriesgado decir que las bases de la victoria final en el frente occidental fueron sentadas por la ofensiva de 1916 en el Somme».
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