La mayoría de los más pequeños, tienen amigos imaginarios, pero ningún padre está completamente preparado para escuchar esto de la boca de su hijo. Mara
Es una linda amiguita, zapatitos bonitos, carita triste, platicadora y peligrosa. Los niños a veces juegan con amigos imaginarios, pero a veces, juegan con demonios. Relatos del lado oscuro nos lleva a conocer un caso fuerte, un caso duro, un caso de riesgo. Mara, amiga imaginaria o demonio.

Mara, amiga imaginaria o demonio.
Muchas veces hemos vistos jugar a algunas niñas a las muñecas con amigas imaginarias diciéndole que haga esto o aquello; o a los niños dibujar sobre el papel a su amigo ficticio poniéndole un nombre.
Para muchas personas esta es una costumbre de los primeros años, en los que se muestra la creatividad e imaginación, pero qué ocurre cuando estos compañeros de juego comienzan a trasmitir pensamientos oscuros, violentos y de muerte.
Es muy difícil que esta acción provenga de una mente infantil en la que los juegos se tornan bizarros y el niño empieza a ser limitado y atemorizado por esta entidad aparentemente creada por su imaginación, provocando que muchos padres busquen asesoría psicológica para orientar a sus hijos.
Algunos expertos afirman que son roles que los niños inventan y no pueden controlar. Sin embargo, para la rama espiritista estos casos no son psicológicos, mucho menos imaginarios, y se dan en los niños porque ellos en los primeros años de vida tienen sus sentidos espirituales despiertos, lo que llamarían los ojos del alma abiertos (chakras central) en el mundo esotérico o “tener vista” en la costa.
Lo anterior con los años se va cerrando por las distracciones del mundo terrenal, aseguran conocedores del espiritismo y contastadores de fantasmas quienes sostienen que todos cuando estamos en las edades de 1 hasta los 7 años, somos médium naturales, capaces de ver las dos realidades: la espiritual y material.
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La niña está viendo cosas