México sabrá este miércoles si las presidenciales de 2024 se definirán por primera vez entre dos mujeres, la exalcaldesa de Ciudad de México Claudia Sheinbaum y la candidata opositora Xóchitl Gálvez, quien ya espera por su rival.
Al final de la tarde, Sheinbaum, una científica de 61 años, debería ser proclamada vencedora de la encuesta abierta a la población organizada por el oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda) para decidir a su candidato.
Física de profesión, Sheinbaum aventaja al excanciller Marcelo Ebrard en la intención de voto, según dos sondeos de opinión publicados recientemente en medios mexicanos.
Si las tendencias se confirman, Sheinbaum se enfrentará en junio a la senadora Gálvez, de 60 años, investida oficialmente el domingo pasado tras haber dominado las elecciones internas de un frente de partidos opositores.
Segunda economía latinoamericana y socio principal de Estados Unidos, México podría ser gobernado el próximo año por una mujer por primera vez desde su independencia en 1821.
El anuncio de los resultados de la elección interna representa una prueba de unidad para Morena, favorito para los comicios de 2024, mayoritario en el Parlamento y gobernante en 23 de los 32 estados mexicanos.
Muy popular, el presidente Andrés Manuel López Obrador se jactó el martes de no haber «inclinado la balanza» a favor de ningún aspirante. «Se acabó el dedazo (ndlr: la designación del candidato por el presidente saliente), va a ser la gente que fue consultada en la encuesta» la que decida, dijo.
Ebrard -principal oponente de Sheinbaum- se acuarteló el martes en un hotel junto a su equipo, tras denunciar irregularidades en la consulta.
«Sigo muy preocupado por el proceso de la encuesta en curso», escribió el lunes en la red social X (antes Twitter), mencionando «problemas» en el sondeo realizado entre 12.000 electores.
Si no resultara vencedor, Ebrard podría dejar Morena, según rumores. Bromeando, la candidata Gálvez ya le ofreció incluso unirse a su campaña.
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«Hija del 68» contra «liberal progresista»
De confirmarse, el duelo entre Sheinbaum y Gálvez promete ser un choque de orígenes, personalidades y estilos.
Nieta de abuelos judíos provenientes de Bulgaria y Lituania, Sheinbaum exhibe un talante reservado y prudente, sin carisma, según sus adversarios.
«Soy hija del 68», dice la exalcaldesa, quien reivindica la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX.
Procedente de la burguesía intelectual capitalina, Sheinbaum promete continuar las políticas del saliente López Obrador, limitado a un único mandato de seis años, según la Constitución.
En nombre de Morena, afirma que defenderá a los más pobres, incluyendo a las comunidades indígenas, y celebra los buenos resultados macroeconómicos del actual gobierno (moneda fuerte, finanzas sanas).
Vestida a menudo con prendas de tradición indígena, la candidata opositora Gálvez es originaria de un pueblo del central estado de Hidalgo.
Xóchitl (flor en idioma náhuatl) nació en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza.
Ingeniera y emprendedora exitosa, Gálvez no duda en salpicar sus discursos de palabrotas.
«Mi regla de oro: no quiero rateros, ni huevones (flojos), ni pendejos», repitió el lunes en entrevista con la AFP, al día siguiente de su designación. Confirmó también que combatirá la violencia con «ovarios».
Duelo
Gálvez retó además a Sheinbaum a hacer campaña por sí misma, sin ayuda del presidente.
«Ella (Sheinbaum) puede sola, que le diga: (…) ‘usted dedíquese a gobernar y déjeme ser la candidata'», dijo en la entrevista.
«Porque entonces yo tendría que estarme enfrentando al presidente de la República y a ella, y es una contienda desigual», añadió.
Políticamente, Gálvez se declara liberal y progresista, sintetizando el ideario de los tres partidos que la respaldan: el liberalismo económico del derechista PAN, el ideal de justicia social del izquierdista PRD y la herencia institucional del PRI.
«Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ y de las mujeres», prometió.
El aborto fue despenalizado en México en septiembre de 2021, mientras el matrimonio igualitario es legal en los 32 estados.
Montada sobre la popularidad de López Obrador, Sheinbaum es la favorita para ganar la presidencia frente a Gálvez, según dos sondeos recientes.
Combativa, Xóchitl cree que puede recuperar terreno después de haber despertado y unificado a la oposición en apenas dos meses de campaña.
Con información de AFP