ONG denuncia 160 femicidios en Venezuela de enero a julio: 1 cada 19 horas

El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) documentó que desde el 1.º de enero hasta el 31 de julio de 2023 hubo 160 femicidios consumados y 93 femicidios en grado de frustración.

«En promedio hubo una acción femicida en Venezuela cada 19 horas. En total, 55 niños y niñas quedaron huérfanos. En 10 de los casos los niños presenciaron la muerte violenta de su madre», destaca la ONG.

Para el periodo comprendido entre enero y julio de 2023, los estados Zulia, con 20 casos; Miranda, Lara y Distrito Capital, con 17 casos cada uno; Anzoátegui, 11 casos; y Bolívar, 10 casos, son las entidades donde se produjeron más femicidios.

La mayor incidencia de femicidios frustrados aparece registrada así: 7 en Zulia, 3 en Falcón, 3 en Anzoátegui. Las cuatro regiones con mayores incidencias de acciones femicidas (consumados y frustrados) fueron: Zulia, con 45 casos; Distrito Capital, 27 casos; Bolívar, 25 casos; y Anzoátegui, 17 casos.

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Sobre las víctimas

El 99,4% de las víctimas de femicidio consumado eran de nacionalidad venezolana. En el 10,6% de los casos se trató de víctimas niñas menores de 11 años. El 6,9% eran menores de 5 años. El femicidio infantil es el asesinato de una niña hasta los 11 años de edad cometido por un hombre en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder que le otorga su situación adulta sobre la minoría de edad de la niña.

Ya en el monitoreo de cierre del año 2022 advertimos sobre un hecho grave: la violencia femicida contra niñas y adolescentes en nuestro país va en aumento. En el año 2022 el Observatorio documentó 37 casos de niñas víctimas de femicidio, trece de las cuales tenían menos de un año.

Para el periodo enero – julio de 2023, el 8,8% de las víctimas eran adolescentes entre 12 a 17 años. En el 40,6 % de los casos se registran mujeres en edades comprendidas entre 19 a 45 años. En el 7,5% de los registros tenemos a mujeres de la tercera edad avanzada, es decir, de 70 a 86 años de edad.

En el 2,5% de los casos levantados las víctimas de femicidio estaban embarazadas. En el 6,3% de los casos, se hace referencia a la participación de mujeres junto a los ofensores, bien sea como coautora o como cómplice en la violencia femicida. Una de las víctimas tenía una discapacidad intelectual y una de las víctimas era funcionaria policial activa.

Respecto de las víctimas de femicidios frustrados: el 100% son venezolanas y una de las víctimas era funcionaria policial activa.

Sobre los agresores

El 81% de los agresores de femicidios consumados eran venezolanos. Un 4,4% era funcionario policial activo. Esto significa que, en 7 de los casos, los ofensores que actuaron eran funcionarios policiales activos para el momento de los hechos.

En el 65% de los casos registrados durante los primeros 7 meses del año 2023 no se reseñan las edades de los agresores. El 2,5% de los casos de femicidios consumados presenta como agresores a adolescentes. El 28,1% de los casos registrados en medios de comunicación presentan agresores en edades comprendidas entre 19 y 47 años. Uno de los agresores formaba parte de una organización criminal.

Dos de los victimarios tenían antecedentes penales por violencia de género. En cuanto a la detención del agresor, en el 44,4% de los casos están en fuga; mientras que el 37,5% fue posteriormente aprehendido y el 9,4% murió en el contexto vinculado a los hechos. Según los reportes noticiosos, 12 ofensores se suicidaron después del hecho. En 132 de los casos actuó solo un ofensor, lo que representa el 82,5% de los femicidios. En el 10% de los casos se registra la actuación de dos ofensores a la vez; y en el 3,1% se registró a tres ofensores.

Sobre los femicidios frustrados, tenemos que el 97.8% de los agresores son venezolanos. Uno de los agresores era un funcionario policial. En los casos de femicidios en grado de frustración la aprehensión posterior de los ofensores alcanza el 84,9%. Un ofensor se suicidó y dos de ellos lo intentaron y no lo lograron.

Vínculo relacional

Al explorar qué tipo de relación existe entre las víctimas de femicidios consumados y sus agresores, tenemos que el 29,4% de los casos refiere vínculos de parejas o ex parejas (con o sin convivencia bajo el mismo techo). El 11,9% eran conocidos sin vínculo familiar; y el 11,3% de los casos se trató de miembros de la misma familia. De lo anterior se infiere que en el 61,9% de los casos la víctima conocía al ofensor.

Además, hubo 20 casos en los cuales aparentemente se cruza una escena de celos o alegato de infidelidad íntima y vínculos de parejas y ex parejas (con o sin convivencia bajo el mismo techo). Hubo 2 casos en los cuales aparece violencia física sistemática, uno de los cuales menciona que el vínculo era de pareja; y en el otro de miembros de la misma familia. Hubo 6 casos de agresión sexual, en los cuales dos fue entre miembros de la misma familia; uno con un conocido y dos con ofensores desconocidos.

Motivación y modus operandi

Respecto a la aparente motivación de los hechos acaecidos, en la mitad de los casos, los medios de comunicación no reportan descripciones de los aparentes motivos de las acciones femicidas. Mientras que el 12,5% de los reportes describe escenas de celos o alegatos de infidelidad femenina. Otras variables que la investigadora Diana Russell considera relevantes son la misoginia, el sentido de superioridad de género y la concepción de las mujeres como posesión. Estas variables se transmiten culturalmente y favorecen la violencia de los hombres hacia las mujeres.

El 8,8% de las muertes ocurre en medio de violencia obstétrica. El 6,9% de los casos hace referencia a una acción femicida como consecuencia de la decisión de las víctimas de culminar la relación con el agresor. Otro 6,3% registra femicidios ocurridos en medio de la intervención de las organizaciones criminales.

Un 5% de los casos levantados hace referencia a que la muerte violenta ocurre en medio de un ataque o violencia sexual. El ataque sexual consiste en acceder al cuerpo de la otra persona para una actividad explícitamente sexual, sin consentimiento y mediante la violencia. Su forma más grave es la penetración, pero no la única.

Janet Yucra

Con información de prensa Cepaz

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