Acompáñanos en estas 15 preguntas a Franklin Virgüez
En su Barquisimeto natal, Franklin Virgüez tuvo a los ocho años la determinación de convertirse en actor. Idea que se lo ganó cuando un vecino compró el primer televisor, en blanco y negro, que se compró en el barrio donde vivía.

Así creció el joven, quien a los 15 años se mudó a Caracas con su mamá. En la capital, tocó puertas hasta que se las abrieron en la antigua Cadena Capriles. Ahí comenzó como mensajero y entre cartas y café fue escalando.
Logró que con el paso del tiempo le dieran chance para entrenarse como fotógrafo. Ese fue su primer contacto con el mundo audiovisual. Las pautas diarias que lo llevaban, entre otras, a los canales de televisión comenzó a buscar oportunidades.
La primera fue con Jesús Bustindui, uno de los más importantes periodistas de farándula venezolanos. Fueron a Radio Caracas Televisión a entrevistar a Raúl Amundaray, sin sospechar que años después sería el canal en el que se dio a conocer.
Se inscribió en la escuela Juana Sujo para prepararse como actor. Mientras buscaba una oportunidad, optó por un cupo en Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela y lo consiguió.
En 1991, cuando consiguió su medalla y título universitario, ya Franklin era un actor conocido. Su primer papel fue a los 23 años en La zulianita. Fue escalando en la categoría de los papeles, en producciones como Rafaela, Buenos días Isabel, Leonela y Selva María, donde le dieron la oportunidad de protagonizar por primera vez.
No obstante, el día más de consolidación que de suerte le llegó en 1992, cuando Carlos Pérez, uno de los dialoguistas de Por estas calles, esculpíó el personaje de Eudomar Santos. Y Franklin Virgüez le sacó provecho.
Frases como “Qué es lo que está pasopa” o “Como vaya viniendo, vamos viendo” todavía se mantienen en la jerga popular venezolana. Junto con Marialejandra Martín fue de los pocos actores que se mantuvo en la trama de la telenovela más larga de la TV nacional.
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