Soñar es parte de nuestra vida, pero algunas veces, pareciera tener algo desconocido
Relatos del lado oscuro y José Ramón nos llevan a conocer algunos casos de sueños extraños e inusuales.
Esta noche en relatos de lado oscuro queremos platicar acerca de sueños; pero antes de hablar acerca de esto, quisiera decirle dos o tres cosas:
Lo primero, no es mi interés demostrar nada; tampoco intento promover la creencia en el significado de los sueños y, por supuesto, no tengo forma de demostrar si esto es real o no. El único objetivo de que estemos reunidos esta noche aquí, es compartir experiencias de personas que han vivido o que vivieron en algún momento cosas extrañas, cosas curiosas y que me lo han confiado; y a su vez, yo lo confío con ustedes.
No se trata de asegurar que esto es real y por supuesto no me considero una persona que sepa interpretar sueños ni nada por el estilo. Simplemente, soy una persona que, al igual que usted, le gusta escuchar historias; quizá alrededor de una mesa, con una taza de café
Y una de esas historias es la del señor Roberto. Él es un hombre mayor debe de andar cerca de los 70 y nos ha compartido una experiencia que ha tenido a lo largo de muchos años.

Roberto, desde que tiene memoria siendo un niño, tenía un sueño bonito. El sueño bonito siempre era igual. El lugar, aún cuando había pequeñas variantes -el lugar donde ocurría el sueño- siempre era el mismo: un
bosquecillo.
Había árboles, había una especie de claro en ese bosque con algunas flores, una piedra grande, una más pequeña y luego un arroyo que cruzaba por allá. Era un sueño que él ya sabía lo que había ahí. Era un sueño de mucha confianza.
A veces, siendo niño, cuando tenía una pesadilla, de pronto mientras intentaba huir de algún monstruo, de alguna momia o de alguna cosa horrorosa, de pronto llegaba corriendo a este lugar y sabía que todo iba estar bien. Era uno de esos sueños reconfortantes, pero siempre era el mismo lugar, no la misma situación, porque había veces que había pequeñas cosas diferentes.
Había una vez, por ejemplo, que vio una persona que estaba por ahí. Nunca supo por qué. Luego, en otra ocasión, siendo más grandecito, todavía en la escuela secundaria, una cosa así, tuvo un sueño en donde veía a otra persona que le parecía muy familiar. Cuando despertó, reconoció que era una maestra, una de sus maestras de la escuela
Algún tiempo después supo que esa persona estaba muy enferma. No lo asoció en ese momento, pero en este pequeño espacio pasaban pequeñas cosas -a veces no tan pequeñas-. Pero, sobre todo cuando comenzó a ser algo más grande, fue cuando empezó a notar que esto debía de tener algún significado.
Por ejemplo: cuando iba a entrar a la universidad, él estaba con una situación muy compleja. Había dos posibilidades de entrar, nada más dos: una carrera que no le resultaba muy cercana, que le parecía muy difícil de hecho; y otra, que definitivamente no le parecía agradable, pero no parecía ser tan difícil.
Aquello se fue complicando poco a poco, y al decir «poco a poco», es que no sabía qué hacer: si tomar una o tomar otra.
Escogió una de las dos carreras y justamente ese día, ese día en el que tenía que ir a hacer las inscripciones y todo aquello, por la noche tuvo un sueño con ese lugar y fue un sueño diferente; porque en ese sueño, de pronto, en este sitio que siempre había sido su reducto de paz, había una serpiente. Él recuerda eso: que había una serpiente de muchos colores, muy llamativa; estaba ahí, enredada cerca de la piedra. Él caminó por ahí, se refrescó un poco y justo cuando ya iba hacia afuera aquella cosa se movió y lo mordió…
Te gustó el artículo? Tenemos mucho más para ti. Únete a Curadas haciendo clic en este enlace