Estar enfocados, en la zona, en flow… Seguramente ya has escuchado estos términos.
Incluso has sentido «estar en la zona». Esos momentos en que todo te sale bien.
Además que mucho mejor que de costumbre, también con total facilidad y fluidamente.
Sigue leyendo para conocer már de este estado que se experimenta en cuerpo y mente como el flow o «la zona» en los deportes y en otras áreas de desempeño.
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Y también se conoce por términos que reflejan su naturaleza y características.
El flow
Es el término flow, traducido como «flujo» o quizá mejor como «fluir» o «flotar», hace referencia al estado de inmersión, concentración y rendimiento óptimo que alcanzamos a veces.
Estar en «la zona»
Esta expresión se utiliza comúnmente para describir el momento en que un atleta se siente completamente conectado con su deporte, actuando casi automáticamente y con gran eficacia.
Estos términos resaltan diferentes aspectos del fenómeno del flow, pero todos comparten la idea central de un estado mental que permite un alto rendimiento y una profunda conexión con la actividad deportiva.
Este es el momento en el que Neo alcanza el flow. Aunque para él más bien es una especie de iluminación.
Pero qué es el flow o la zona
El flow, también conocido como «la zona», es un estado mental y físico óptimo que nos permite experimentar un alto rendimiento y una profunda inmersión en la actividad que estamos realizando.
Este concepto fue popularizado por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi en 1975 y se caracteriza por varias cualidades:
Concentración total
Sucede cuando cuando completamente absortos en una tarea, excluyendo distracciones externas y pensamientos irrelevantes.
Equilibrio entre desafío y habilidad
El flow o la zona se alcanzan cuando el nivel de desafío de la actividad coincide con las habilidades que tenemos, lo que genera motivación y rendimiento óptimo.
Fusión de acción y consciencia
Durante el flow, es decir, cuando estamos en «la zona» nuestras acciones se sienten automáticas, lo que nos permite una inmersión total en lo que estamos haciendo.
Pérdida de noción del tiempo
A veces, durante el flow, perdemos la percepción del tiempo. Sentimos que todo fluye sin mucho esfuerzo, e incluso varía nuestra percepción del transcurir del tiempo.

Cómo alcanzar el flow o estar en «la zona»
Para alcanzar el estado de flow, los expertos recomiendan varias estrategias.
Definir objetivos claros
Establecer metas específicas y desafiantes para cada sesión de entrenamiento o competición es fundamental para mantener el enfoque.
Concentración total
Eliminar distracciones y concentrarse plenamente en la tarea en cuestión. Esto puede incluir apagar dispositivos electrónicos y evitar pensamientos irrelevantes.
Siendo asó, es muy dificil llegar al flow, enfocarte ni estar en la zona si haces varias cosas al mismo tiempo.
Desafiar las habilidades
Buscar constantemente actividades que empujen los límites personales, asegurando que el desafío sea adecuado al nivel de habilidad del atleta.
Práctica deliberada
La repetición consciente y enfocada de habilidades específicas ayuda a desarrollar la competencia necesaria para entrar en flow.
Técnicas de relajación y mindfulness
La meditación y otras técnicas de relajación pueden ayudar a los deportistas a entrar en un estado mental adecuado para alcanzar el flow.
El desarrollo de habilidades mentales es crucial para facilitar este estado, permitiendo a los deportistas no solo superar obstáculos como la ansiedad o la frustración, sino también disfrutar profundamente del proceso deportivo.
A veces llegamos a la zona de golpe por una emegencia
Es cuando todo se te pone lento, en cámara lenta, y quizá hasta con fondo negro.
La percepción de ver todo en cámara lenta y con un fondo negro en momentos de gran impacto o estrés se puede explicar a través de varios factores psicológicos y fisiológicos.
Es una reacción del sistema nervioso ante una situación que requiere toda nuestra concentración
Cuando una persona enfrenta situaciones extremas o de alto impacto, el cuerpo activa su respuesta de «lucha o huida».
Esto provoca la liberación de hormonas como la adrenalina, que pueden alterar la percepción del tiempo.
En tales momentos, el cerebro procesa más información visual y emocional, lo que puede dar la sensación de que el tiempo se ralentiza.
Cuando el enfoque y la concentración son la diferencia entre vivir o morir
En situaciones críticas, las personas tienden a concentrarse intensamente en los detalles del entorno.
Este enfoque agudo puede hacer que los eventos parezcan suceder más lentamente, ya que se perciben más detalles de lo habitual.
La atención plena en esos momentos puede crear la ilusión de que el tiempo se extiende.
Memoria y procesamiento cognitivo
Los eventos altamente emocionales son recordados con mayor claridad y detalle.
La forma en que el cerebro almacena estos recuerdos puede influir en cómo se perciben esos momentos en el futuro.
Al recordar una experiencia intensa, es posible que se sienta como si hubiera durado más tiempo debido a la cantidad de información procesada.
¿Y el fondo negro?
Es simplemente el cerebro dando más prioridad a lo que más interesa en el momento.
«Aislando» la escena el cerebro puede ayudarnos a intensificar la sensación de aislamiento y concentración en el evento que está ocurriendo.
Este recurso visual ayuda a enfatizar nuestros sentidos en lo esencial del momento de peligro.
Así se construye la experiencia subjetiva de ver el mundo en cámara lenta durante situaciones críticas.