La economía venezolana ha comenzado a tambalearse de nuevo y ya se siente el impacto en la tasa de cambio del dolar.
Está semana, el dólar paralelo marcó más de 33 puntos de diferencia con el tipo de cambio del Banco Central de Venezuela y está brecha asusta a los venezolanos, que temen una nueva oleada de empobrecimiento en el país, reseña el portal RFI.
La falta de inversores extranjeros hace que las reservas de divisas sean más bajas de lo normal.
Sin embargo, la flexibilización realizada en 2022 por el presidente Joe Biden a las operaciones de la petrolera estadounidense Chevron en territorio venezolano supuso una entrada de dólares al país.
Esta flexibilización, conocida como Licencia General 41, fue un incentivo de la anterior administración estadounidense para aliviar el padecimiento de los venezolanos.
A través de esta licencia, la petrolera estadounidense inyectó millones de dólares en la economía venezolana.
Durante décadas, Venezuela ha dependido de su producción de petróleo, principal motor de la economía del país.
Este mercado es la principal fuente de entrada de dólares al país y, en consecuencia, una especie de ancla para la estabilidad del mercado de divisas venezolano.
Cualquier variación en la producción de petróleo, por pequeña que sea, tiene fuertes consecuencias para la economía nacional.
Incertidumbre
La incertidumbre provocada por los aranceles de Trump a los países que comercian con Caracas ha reavivado la fragilidad del mercado de divisas nacional.
Sin garantías externas, la moneda nacional, el bolívar, pierde valor cada día y esto tiene consecuencias inmediatas en el bolsillo de la gente.
A pesar de los esfuerzos del Banco Central, la moneda venezolana aún está lejos de recuperarse frente a la divisa estadounidense.
Como resultado, Venezuela vuelve a la inestabilidad económica, el sello distintivo de la presión estadounidense destinada a sofocar el cuestionable tercer mandato de Nicolás Maduro. Pero la población acaba siendo la más penalizada.
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Caída en la oferta de divisas
Con el fin del permiso de Chevron para operar en el país, la producción de petróleo sufriría un impacto de entre el 15% y el 30%.
Esto significa que la oferta de divisas en Venezuela podría caer drásticamente, resucitando incluso el fantasma de la hiperinflación -que asoló al país entre 2016 y 2022-.
Este estrangulamiento de la Administración Trump sobre la de Maduro tiende a llevar al Gobierno venezolano a recurrir al mercado paralelo, comerciando con materias primas con países aliados y contrarios a EE.UU..
Venezuela podría incluso intentar vender petróleo y gas con descuento para tratar de sortear una posible recesión económica provocada por la escasez y el encarecimiento de las divisas.
Sin embargo, queda por ver si incluso los países aliados del régimen de Maduro tendrían la fuerza económica o estarían dispuestos a enfrentarse a una fiscalidad y un blindaje aún mayores por parte de EE UU.
China, uno de los mayores compradores de petróleo venezolano, dio un paso atrás la semana pasada.
Por su parte, el Gobierno español ha afirmado que “apoya y espera” que Repsol y la Administración Trump puedan llegar a una solución para que la petrolera española pueda seguir operando en Venezuela.
Además de Repsol, la estadounidense Global Oil Terminals, la italiana Eni, la francesa Maurel&Prom y la india Reliance Industries se han visto afectadas por la decisión de la administración Trump.