Morgan Freeman explora el significado que tienen el cielo y el infierno en las vidas de las personas de todo el mundo, de toda cultura y religión
Freeman: Cuando yo era un niño crecí aquí en Mississippi, pasé mucho tiempo al aire libre. Parte de él, mirando hacia el cielo nocturno. No teníamos electricidad, así que la luna era la única luz que desafiaba a la de las estrellas. Y ellas me llenaron de un inexpresable sentimiento de asombro. Mi abuela paterna me dijo que ahí era donde estaba el cielo, donde Dios vivía, el lugar donde van los buenos cuando fallecen. También me advirtió sobre el otro lugar. El cielo y el infierno.
El infierno. El lugar al que vas cuando eres malo. A los cinco o seis años estas ideas son algo abrumadoras. Aterradoras. Inspiradoras, incluso. Y creo que la mayoría, sin importar su fe, ha enfrentado ideas y temores similares. ¿Qué es cielo? ¿Qué es el infierno? ¿Cómo han cambiado estos lugares invisibles la forma en que vivimos nuestras vidas en la tierra?
¡Para averiguarlo, ojo miren eso!
Descenderé al inframundo de los antiguos nativos norteamericanos. Creo que hay algo aquí que no quieren que se encuentre.
Veré a gente atormentada por el infierno, y tocada por el paraíso.
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